Los miembros del Consistorio, posando en el Ajuntament al inicio de la legislatura.

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PP y PI ultiman un acuerdo para que Convergència i Unió per Pollença (CiU) se incorpore al gobierno municipal del que ya forma parte Martí Roca (Lliga) lo que permitiría dar cierta estabilidad al pacto, que no obstante, seguiría en minoría con ocho regidores frente a los nueve que suma la oposición (Alternativa, PSOE, PSM, UMP, Esquerra y los dos no adscritos).

El pacto se firmará entre el PP y el PI aunque se mantendrán tres grupos municipales (PP, Lliga y Convergència) y se buscará el apoyo externo de Unió Mollera Pollencina (UMP) que no entrará en el gobierno pero tendrá un trato «preferente» a la hora de recibir información del gobierno municipal y colocará al menos un representante en el consorcio de la primera línea.

A principios de esta semana se daba prácticamente por cerrado el acuerdo, a falta de que las asambleas locales del PP y del Pi rubricaran el texto, pero, contra todo pronóstico, la asamblea local del PP acabó el martes con una pequeña crisis interna. Algunas fuentes apuntan a que se barajó incluso la posibilidad de que la delegada del Moll, Francisca Cerdà, abandonara el PP y se pasara al grupo mixto.

Ultima Hora ha tratado sin éxito de contrastar esta información con la propia Cerdà.

Sí habló sobre el asunto el alcalde, Bartomeu Cifre Ochogavía, que quita hierro a las diferencias y se refiere a la situación como un «malentendido».

«Se plantearon algunas cosas que inicialmente no se entendieron. Algunas personas interpretaron que el apoyo de UMP, que se refleja en el acuerdo de Presupuestos, iría en detrimento del PP. Se interpretó mal pero no hubo ninguna amenaza de irse ni nada por el estilo», dijo Cifre.

Reflexión

Los populares se han dado una semana para reflexionar acerca del acuerdo que se votará finalmente de aquí a una semana y que el alcalde ve con optimismo. «Creo que saldrá bien», dijo.