La organización católica ha atendido desde el pasado mes de octubre hasta el inicio de la temporada alta a través del servicio de acogida y asistencia a 183 familias (488 personas) en situaciones de urgente necesidad social o pobreza.
Aportaciones
Estas ayudas de acogida y acompañamiento primario, que incluyen necesidades vitales como reparto de comida o el pago de la luz, agua o en determinadas ocasiones medicamentos han sido posible gracias a las aportaciones del Banco Europeo de Alimentos, la Asociación Mediterránea, el Club Lyon’s de Calvià entre otras instituciones benéficas así como donaciones particulares y recursos propios de la Unión Pastoral de Ponent.
La demanda de ayuda, especialmente en las zonas de Palmanova y Magaluf, ha aumentado en los últimos años debido a la persistencia de la crisis y también por la reducción y recortes de las ayudas públicas.
Toda la labor social que Cáritas desarrolla en la sede de Palmanova es posible merced a un grupo de voluntarios compuesto por unas 22 personas coordinadas por Josep Antoni Guardiola, que trabajan todas las semanas de forma solidaria y altruista.
Además de la ayuda asistencial de emergencia dirigida a las víctimas de la exclusión social, la Institución organiza cursos de apoyo para sus hijos escolares y recientemente ha puesto en marcha un programa de empleo e inserción laboral sin olvidar el ropero que distribuye ropa y calzado de segunda.
Durante los meses de temporada alta, la actividad de la organización se reduce en un 90% al conseguir algún tipo de trabajo la mayoría de las personas atendidas, momento que aprovechan los voluntarios para buscar recursos y cargarse las pilas para estar en forma y a punto el próximo mes de septiembre u octubre para seguir ayudando a los necesitados.
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