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«Dos días ha tardado el Hospital Comarcal de Inca en saturarse, tras el bloqueo de 18 camas». El sindicato de enfermería SATSE denunció ayer a mediodía con estas palabras la situación que se vive en el centro hospitalario tras los recortes de recursos y personal que se aplican desde el 1 de julio en el marco del plan de austeridad impulsado por Salut y que se mantendrán durante todo el mes de agosto.

Los enfermeros contabilizaron ayer a las 13.00 horas, 14 pacientes a la espera de un ingreso en los pasillos de Urgencias. Recuerdan que «los enfermos tienen que permanecer en el pasillo mientras no haya camas disponibles» y exigen a la gerencia del hospital que cumpla el compromiso que adquirió el lunes de reabrir las 18 camas bloqueadas en caso de necesidad.

Situación anómala

Fuentes de la gerencia informaron ayer de que por el momento no se contempla abrir dichas camas porque la de ayer «no es una situación anómala sino similar a la de otras jornadas, y las altas previstas durante la tarde permiten dar camas». SATSE recuerda que el Hospital de Inca «ha sido históricamente un hospital colapsado por Urgencias» y advierte de que «cada improvisación se convierte en un ataque al servicio sanitario de calidad al que todo paciente tiene derecho, y repercute directamente en el trabajo de los profesionales sanitarios».

El sindicato denuncia que «hay diez pacientes de Medicina Interna (sector en el que se cerraron 18 camas) ingresados en la planta de Materno-Infantil y 11 en la Médico-Quirúrgica».