Miles de personas participaron ayer en el simulacro de la batalla entre moros y cristianos. | Pere Bota

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Pollença vivió un año más la batalla entre moros y cristianos. Miles de personas ocupaban las calles de la localidad a las siete de la tarde, cuando Joan Cerdà ‘Norai', que representó a Joan Mas en el simulacro, dio el grito de alerta a los pollencins: «Mare de Déu dels Àngels, assistiu-mos! / Pollencins, alçau-vos / que eu pirates són aquí!».

A partir de este momento, la lucha se desató por el centro de la localidad con el mismo final de siempre. Después de más de dos horas de batalla, los cristianos, dirigidos por Joan Mas, se impusieron a los moros. Estos fueron liderados por Dragut (encarnado este año por Josep Cifre), que iba acompañado de su Lloctinent (Enrique Galindo) y de su Abanderat (Antoni Xavier). A pesar de la resistencia y de la dura lucha con espadas de madera de los moros, fueron los pollencins que salieron victoriosos de la batalla y consiguieron frenar la conquista sarracena.

El simulacro conmemora la victoria de los pollencins en la lucha del 31 de mayo de 1550 desde hace más de 130 años durante las fiestas de La Patrona. Por tradición familiar, los habitantes de Pollença suelen participar en la lucha a favor de uno de los bandos. Lo que se conoció durante siglos como el Dia de la Desgràcia dejó 130 pollencins muertos y 50 bajas entre los moros. En los años ochenta, la fiesta empezó a acoger gente de toda la Isla, a la que se sumaron turistas, hasta llegar a convertirse en una de las celebraciones más emblemáticas de Mallorca.

Este año, el Ajuntament lanzó una campaña con el lema ‘Civisme. Fem al festa amb seny' para vivir las fiestas con «sensatez». Es por eso que se establecieron unas zonas de riesgo para evitar incidentes y avisaron del peligro que puede suponer que los ancianos, minusválidos y familias con niños o cochecitos accedan a la calle Joan Mas.

Los representantes del Ajuntament Vella (Gabriel Nicolau, Jaume March, Bernardino Salas y Martí Solivellas) respaldaron a los cristianos, armados con palos, forques y remos, desde el inicio de la batalla y llevaron su bandera hasta el final. Las calles del centro histórico del pueblo fueron ayer testigos de las primeras luchas, que se trasladaron después hacia el viejo campo municipal de fútbol de Can Carrinxó. Allí, Joan Mas puso fin a la batalla tras hacerse con la bandera de los moros.

Los pollencins victoriosos se dirigieron después al templo parroquial, donde interpretaron el Tedèum de Mossèn Miquel Tortell en honor a la Mare de Déu dels Àngels, su patrona. La fiesta siguió en la plaza Major con la interpretación de ‘L'Alborada' y el ‘Visca Pollença'.