Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados de sus pajes y comitiva, hicieron acto de presencia de diferente modo pero manteniendo la magia y el colorido habitual de esta gran celebración.
Las localidades costeras, como por ejemplo Can Picafort, Porto Cristo, Portocolom, Port d'Andratx o Port de Sóller, recibieron a Sus Majestades por mar llegando a puerto con una gran embarcación cargada de regalos para repartir entre todos los niños. En Cala Figuera, en Santanyí, después de 30 años de no llegar en barco este año volvieron a elegir este medio de transporte para llegar hasta la localidad.
En Manacor, la comitiva real llegó en tren ante la expectación de centenares de niños que querían saludar a los Reyes Magos. Así, besaron, saludaron y se dejaron fotografiar con sus pequeños fans hasta emprender el camino hacia la Parroquia de la Mare de Déu dels Dolors para adorar al Niño Jesús e iniciar el reparto de regalos en el Palau.
En Inca, decenas de carrozas acompañaron a los Magos en su llegada a la ciudad. A las ocho de la noche en la Plaça d'Espanya realizaron la adoración en medio de una gran expectación y el nerviosismo de los más pequeños.
Unos nervios que se repetían en cada uno de los pueblos de la comarca a los que llegaba la magia de los Reyes. Se ve que los Magos este año no han notado la crisis y cada niño y niña de la Isla pudo contar con al menos un regalo.
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