Imagen de la calle donde se ubicará el mercado semanal de Santa Ponça.

Imagen de la calle donde se ubicará el mercado semanal de Santa Ponça.

Pedro Aguiló MoraCalvià25/02/14 0:00
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Ya hay fecha para el estreno del mercado semanal promovido por el Ajuntament de Calvià en el núcleo de Santa Ponça. Será el próximo 29 de marzo y contará con 200 puestos, ampliables a 30 más. Una ampliación que, con toda seguridad, será necesaria, puesto que, según fuentes municipales, ya son unas 500 las solicitudes registradas para contar con un tenderete en el mercado que se ubicará en la calle Río Sil.

No obstante, desde el Consistorio presidido por el alcalde Manuel Onieva (PP), advierten de que el mercado de Santa Ponça solo dará cabida a la comercialización de productos agroalimentarios y artesanales, quedando así excluida la venta de ropa de baratillo, artículos propios de souvenir, marroquinería y bisutería industrial. Se trata de un mercado que tendrá las mismas características del instalado en Peguera, que, huelga decir, está cosechando notable éxitos de afluencia y aceptación en la localidad.

Competencia

A la hora de poner en marcha esta iniciativa, el Ajuntament ha intentando minimizar la competencia que el mercado pueda ejercer sobre los comercios de la zona. De hecho, las tiendas radicadas en el área afectada por el mercado tendrán preferencia para montar un puesto frente a sus establecimientos.

El mercado semanal de Santa Ponça es visto desde el gobierno municipal como una ventaja para todo el entorno comercial, en la medida que crea un flujo de llegada de gente que, además de en el mercado, consumirá en los propias tiendas del lugar, así como en bares y restaurantes. También se convertirá en un aliciente para que los turistas con estancias 'todo incluido' cuenten con una motivación extra para salir de los hoteles.

Hábito

A partir del 29 de marzo, el mercado de Santa Ponça se celebrará todos los sábados del año y la idea de los dirigentes locales es consolidarlo durante los próximos meses de la temporada alta turística, para que, al llegar la baja, ya se haya creado el hábito entre los residentes de la localidad y sus alrededores.