«Con los bares situados en edificios municipales, el Ajuntament puede hacer dos cosas: sacar a concurso la explotación o firmar directamente un convenio con la entidad que lo gestionará. En el caso del Palau adjudicamos la gestión tras un concurso, pero poco después renunció el licitador y acordamos que lo gestionara el Bàsquet Inca para que tuviera algún beneficio. El error es que no se plasmó jurídicamente [que no se firmó un convenio]», explica Torres.
«Nosotros no explotamos el bar del Palau. Ni compramos el género que se vende allí ni nos hacemos cargo de los trabajadores. Es el Bàsquet Inca quien se hace cargo», insistió.
«El bar del pabellón de Sa Creu lo explota el Bàsquet Ciutat d'Inca con un convenio, y el del Camp d'Esports Mateu Cañellas lo llevó mucho tiempo el Beato Ramon Llull [otra entidad deportiva] también con otro convenio», dijo Torres para reforzar su tesis. «El error que cometimos con el del Palau es que no lo atamos jurídicamente», admitió.
Hechos «graves»
La oposición, por su lado, consideró la apertura del expediente por parte de Inspección del Trabajo unos «hechos graves». El regidor del PSOE Virgilio Moreno y el de Més Andreu Caballero, a su turno, pidieron al equipo de gobierno que de explicaciones y que asuma responsabilidades. «El alcalde debería convocar una junta de portavoces o una reunión urgente del patronato de del IMAF (Institut Municipal d'Activitat Física) para aclarar lo ocurrido», dijeron.
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