Agua, cáscaras de almendra y alcohol fueron los elementos básicos para la diversión en la séptima edición de las ‘Clovelles’. | P. Pellicer

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La neotradición se ha repetido y Santa Praxedis consiguió, después de una mañana de bailes, arrebatar la llave al Dimoni y, de esta manera, abrir el viejo Ayuntamiento de Petra en el que aguardan 5.000 kilos de cáscaras, clovelles, de almendra que sirvieron para la diversión de los petrers y visitantes.

Les Clovelles, como ya se conoce esta fiesta popularmente, celebraba este año la séptima edición y, sin duda, fue una de las ediciones con más participación. Muchos jóvenes se acercaron al mediodía hasta la vieja estación de la localidad para comer y beber todos juntos para luego disfrutar del agua, la polsina de las clovelles, del alcohol y de los amigos en una macro fiesta al aire libre que, bajo la organización de la asociación de jóvenes de Petra El Dimoni s'hi va retre, ha conseguido dinamizar sus fiestas dedicadas a la patrona, Santa Praxedis.

Además de los bailes creados un poco a imagen y semejanza de los bailes de los Cossiers de Mallorca, la fiesta tiene como aliciente tirarse las clovelles por la cabeza, meterlas entre la ropa y, en definitiva, disfrutar también, a imitación de la famosa tomatina de Bunyol u otras neofiestas que han proliferado en muchos de los pueblos de la Isla y que no contaban con unos marcados actos tradicionales.

Al ritmo de la música más comercial del momento, los jóvenes empapados en agua y verrim disfrutaron durante casi dos horas del buen ambiente y la diversión que les ofrecía la fiesta de Petra. Al final, todos quedaron ben esclovellats.