El conseller de Turisme, Jaime Martínez, confirmó ayer que el proyecto presentado permite legalizar toda una serie de edificaciones construidas en los años 80 y 90 sin licencia (principalmente destinadas al personal) y que estaban fuera de ordenación. La reforma planteada por el hotel contempla una reordenación de los espacios existentes de modo que las habitaciones serán más amplias y darán todas al mar.
La propiedad renuncia por el momento a la construcción del salón de convenciones que preveía el proyecto inicial y aprovecha alguna villa indepependiente para ubicar plazas hoteleras.
Por lo que se refiere a la ampliación de plazas el Ajuntament de Pollença había pedido un informe complementario a Turisme con la esperanza de poder vincular a través de un convenio la ampliación del hotel a la previa dotación de servicios de la urbanización Formentor, tal y como contemplaba la normativa urbanística local que está suspendida desde mayo de 2013 por una sentencia judicial en el ámbito urbano de Formentor.
El informe de Turisme concluye que esta petición excede sus competencias y deja la pelota en el tejado del Ajuntament. El alcalde, Bartomeu Cifre, anunció ayer que «la licencia de obras que se concederá solo podrá ser de reforma y no de ampliación».
Una vez se resuelva en los tribunales la suspensión de la normativa urbanística local (está recurrida) será el momento de plantear de nuevo una posible ampliación de plazas y volumen.
Han pasado más de 6 años desde que el Grupo Barceló registrara en el Consistorio el anteproyecto de ampliación y reforma del hotel que obtuvo la licencia previa de turismo. Preveía aumentar la edificabilidad de 17.410 a 21.980 metros cuadrados incrementando la capacidad del hotel de 250 a 350 plazas.
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