Un cliente examina varios ejemplares de langosta, ayer, en un mercado de Palma. | Jaume Morey

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Las ventas de langosta roja mallorquina en los mercados y las pescaderías de la Isla han experimentado esta temporada un ligero repunte gracias a los precios relativamente bajos a los que se ha vendido en las lonjas. Los precios han sido bajos en comparación a los años anteriores, pero no inferiores, en lonjas, a los 30 euros por kilo.

«Ciertamente esta temporada hemos vendido un poco más. Hay clientes que antes no llegaban, que la descartaban de la cesta por su elevado coste y que sin embargo este año han comprado alguna», explica un pescadero de Inca. «Me refiero a un tipo de cliente que no reservaba langosta con anterioridad, sino que venía a por otro tipo pescado, normalmente más económico, y que al ver que la langosta mallorquina tenía un precio algo bajo, a unos 50 euros el kilo, ha decidido adquirir», manifiesta. «Pero no se engañe: no hemos vendido mucha más, sino solo un poco más que en años anteriores», matiza.

Más capturas

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La temporada de pesca de langosta roja está a punto de acabar. El incremento del volumen de capturas, motivado por una meteorología favorable, ha provocado una caída del precio en comparación al de años anteriores. Durante parte de la temporada se ha vendido a unos 30 euros el kilo en las lonjas y a entre 40 y 45 euros en pescaderías y mercados. «Eso ha sucedido especialmente en primavera, que es cuando la demanda es menor, porque la piden casi exclusivamente residentes. Ahora, en verano, los restaurantes la piden más y hasta existe más demanda de particulares, quizás por el turismo. Por eso en verano ha vuelto a subir: es lo que suele pasar cada año. En agosto es cuando habitualmente se vende más cara», explica el pescadero de Inca.

Ayer la langosta se vendía a entre 60 y 65 euros el kilo. En lonja iba a 49 euros, «pero hay que añadirle el IVA y otros impuestos», matizaba este pescadero.

La temporada se inició en marzo con precios que en la lonja rondaban los 45 o 50 euros por kilo. Luego, hacia mayo, al incrementarse las capturas pero no la demanda, el precio bajó hasta los 30 euros (en lonja), y desde el inicio del verano ha vuelto a subir. En Menorca, donde no hay lonja, los pescadores la han vendido a un precio de entre 55 y 60 euros.