En Cala Rajada también hay una lista de espera de más de un centenar de personas.

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Más de 3.000 personas tienen solicitado un amarre en un muelle desde hace años -algunos incluso desde el año 1989- en uno de los trece puertos que gestiona de manera directa el Govern balear. Sin embargo, y en los últimos años, la entidad Ports de les Illes aseguran que se trabaja para reducir estas listas.

Según el director de Ports, Antoni Deudero, «cuando iniciamos nuestro mandato nos encontramos que 5.654 personas habían solicitado un amarre. No se habían adjudicado ni se habían movido las listas hacía muchos años. Nuestra prioridad fue hacer una revisión. Así, se han otorgado 1.400 adjudicaciones y ha habido unas 1.193 renuncias que estaban en las listas».

De hecho, se prevé que estas cifras varíen, ya que cada tres años se revisa el derecho de uso. En estos momentos, los funcionarios de Ports llevan a cabo un proceso de ‘depuración'.

Deudero explicó a este periódico que «las personas que tienen solicitado un amarre van recibiendo una carta para que expliquen si su petición sigue en pie. A veces pueden tener pedido el amarre desde hace años, pero a día de hoy ya no interesa. Incluso pueden haber vendido la barca o variado su situación. Ya hemos hecho la revisión en Porto Cristo, la haremos en Cala Bona y seguimos actualizando los datos. Se ha hecho un esfuerzo muy grande. De manera histórica estas listas eran un incunable. Nosotros hemos puesto en marcha muchos expedientes para llevar a cabo las adjudicaciones».