Tras el último pleno ordinario de la legislatura, el candidato socialista a la Alcaldía, Gori Estarellas (centro), se fotografió con los ediles del PSOE salientes.

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Distintos pareceres entre la militancia del PI en Llucmajor sobre si propiciar un pacto con el PP o, por contra, con los partidos de izquierdas para garantizar la gobernabilidad del Consistorio, después de que los comicios del domingo otorgaran a Bernardí Vives y a Maria Antònia Gil la brisagra que articulará cualquier alianza.

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En el transcurso de la primera reunión de la junta local del PI en Llucmajor celebrada el martes para valorar los resultados electorales, sus integrantes no pudieron abstenerse de comentar cuales eran sus preferencias a la hora de pactar. «Hay disparidad de opiniones», reconoció Vives antes de iniciarse el último pleno ordinario del Ajuntament de Llucmajor.

De esta manera, no parece que vaya a ser hasta la semana que viene cuando se entre a fondo en la negociación de futuros pactos que pasan, principalmente, por dos alternativas. Por un pacto de los dos ediles electos del PI con PSOE (cinco concejales) y MÉS (cuatro concejales), o, por contra, una alianza con los ocho regidores del PP y, a priori, con un único representante de ASI.