Los pilones de cierre automático están instalados en el centro desde hace años. | Assumpta Bassa

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La decisión del equipo de gobierno de cerrar el centro al tráfico rodado, en determinados días y horas, se ha topado con la oposición de los residentes y de los comerciantes de la zona, que consideran que esta medida les perjudica y piden alternativas.

Un total de 16 comercios han presentado alegaciones al proyecto de recuperar el sistema de pilones retráctiles y también han llegado al Ajuntament más de un centenar de voces en contra. Entre las movilizaciones se está llevando a cabo una recogida de firmas y es probable que los afectados se personen en el próximo pleno ordinario para mostrar su oposición.

Pero, por otra parte, el Ajuntament de Son Servera puso en marcha una encuesta por internet y el 70% de los participantes han dado su apoyo al cierre de la plaça de Sant Joan al considerar que con esta medida se constribuye a dinamizar el centro y aumentar la seguridad de los peatones.

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De esta manera, el equipo de gobierno se encuentra entre la espada y la pared y está buscando alternativas para encontrar una solución que deje satisfechos a la mayoría de los serverins. La alcaldesa de la localidad, Natalia Troya (PSOE), explicó a este periódico que «la propuesta municipal era, en verano, cerrar de lunes a viernes de las 19,30 a las 23 horas, los sábados de las 17,30 a la 23,00 horas y los domingos de las 10,30 a las 23 horas. Los vecinos no quieren que se cierre nunca, mientras que los comerciantes han presentado una alternativa».

Según explicaba la alcaldesa, la propuesta de los comerciantes pasa por cerrar solo los fines de semana durante determinadas horas.

Desde que el Ajuntament anunciara antes del verano la intención de cerrar el centro al tráfico, ha habido muchas movilizaciones. Troya defendía que «será muy difícil encontrar una solución que contente a todos, pero lo cierto es que debe cerrarse a determinadas horas. Por ello, no dejamos de reunirnos con los afectados para lograr un máximo consenso. Queremos escuchar a todos».

Hace unos años el Ajuntament implantó el sistema de pilones automáticos con tarjetas para residentes y comerciantes, pero nunca llegó a funcionar. La idea es reactivar estas instalaciones.