El extenista alemán Boris Becker. | TOBIAS HASE - STF - EFE - EPA/DP

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Siguiendo el mismo modus operandi que en las dos anteriores ocasiones en que los impagos a proveedores estuvieron a punto de costarle la propiedad de su finca en Artà, el extenista Boris Becker ha vuelto a esperar al último minuto para desembolsar el dinero que esta vez adeudaba a los antiguos guardeses de Son Coll y evitar así que fuera subastada al mejor postor.

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El Juzgado de lo Social número 1 de Palma debía subastar este miércoles, a las 10.30 horas, la mansión del deportista teutón, embargada por los tribunales al negarse a acatar la sentencia que le obligaba a pagar un total de 117.188 euros en concepto de sueldos y seguros sociales impagados a la pareja que durante años se encargó de la administración y cuidados de Son Coll.

Sin embargo, horas antes de iniciarse la venta al mejor postor, un representante legal de Becker depositó en el mencionado juzgado el dinero adeudado a los exempleados y se levantó el embargo.