El alcalde de Escorca, Antoni Solivellas. | Juanjo Roig

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La sentencia del Tribunal Supremo que confirma la protección de Es Guix, en Escorca, ha sido recibida por el Ajuntament como una pésima noticia. El alcalde, Antoni Solivellas (PP), manifestó este jueves respeto por la decisión judicial pero no ocultó su indignación por la desclasificación completa del urbanizable. La sentencia «tiene consecuencias muy graves para el futuro del municipio y para sus vecinos», advirtió Solivellas.

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El alcalde explicó que ha «luchado» desde que asumió el cargo para alcanzar un acuerdo con el Consell con tal de evitar la desclasificación total de es Guix. Aposataba por suprimir aquella especie de villa con más de cien nuevas viviendas pero manteniendo la posibilidad de construir «un número reducido de unifamiliares [...] forrados de piedra» y «aumentando las zonas verdes». Pero «no ha sido posible» alcanzar ese acuerdo con el Consell «antes de la primera sentencia (abril de 2014)», señala. «Esto solo se puede entender cuando una institución está gobernada de forma sectaria y sin pensar con los intereses de los ciudadanos», dice Solivellas, mientra añade que la izquierda desclasificó primero Tuent (pero con el apoyo del PP), es Guix en 2010 y ahora, con el último decreto del conseller Bonet, Son Massip.
En estas circunstancias, únicamente se puede construir en el entorno de Lluc, que es propiedad del Obispado, y en sa Calobra, una zona esencialmente turística muy alejada del santuario y de la zona más poblada de Escorca.

Por su parte, el GOB y ARCA expresaron su satisfacción por la sentencia del Supremo.