Los vecinos temen la alta velocidad a la que circulan los ciclistas durante la prueba. | Teresa Ayuga

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Caimari no está dispuesto a que el Ironman pase por el pueblo si no existe una contraprestación clara para los vecinos que quedan aislados por la carrera. El alcalde de la pedanía, Tofol Barceló, ha hecho un informe negativo contra la prueba que podría determinar un cambio en el itinerario de cara a la próxima edición.

«Caimari es el pueblo peor parado, se queda medio pueblo sin salida. No te puedes mover, bajan a toda pastilla y te juegas la vida, es una prisión encubierta porque a diferencia de otros pueblos, hay una parte de Caimari, la del lado de la comuna, que ni siquiera tiene la posibilidad de moverse por caminos rurales», dice Barceló.

Alcúdia es la ciudad anfitriona del Ironman pero la prueba recorre también los municipios de Muro, Santa Margalida, Manacor, Pollença, sa Pobla, Ariany, Petra, Escorca, Selva, Caimari, Llubí, Campanet y Maria de la Salut, que invierten un total de 50.501 euros en gastos de Policía Local, brigada y residuos, entre otros. Alcúdia asume 74.362 euros del coste de organización de la carrera que asciende a 124.413 euros.

En 2015, la carrera atrajo a 2.200 corredores a Mallorca que vinieron con una media de 2,49 acompañantes por persona y permanecieron una media de 5,55 días. Procedían principalmente Reino Unido (22 por ciento), Alemania (19 por ciento) y España (13 por ciento).