La celebración de los Moros y Cristianos se recuperó en 2014 y el colectivo organizador destaca el rigor histórico de este evento. | M. À. Cañellas

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El primer sábado de octubre de 1552, diez galeotas de piratas turcos desembarcaron en la costa de Valldemossa guiados por Pere el Valèncià (el traidor) que les condujo hasta las puertas del pueblo. El ataque no salió como esperaban. El capitán Ramon Gual Desmur con 36 soldados valldemossins logró hacerles frente y vencer a los invasores.

El pueblo de Valldemossa decidió recuperar esta conmemoración en 2014 y desde entonces, el primer sábado de octubre, se lleva a cabo un simulacro que rememora esta gesta histórica.

Desde la organización, Joan Calafat, explicó a este periódico que «tenemos referencia que la fiesta se celebró hasta 1952. En 2014 nace la asociación para recordar este hecho histórico con el máximo rigor. Lo que queremos es representar lo más parecido a lo que fue la historia».

Calafat explicaba que «no se sabe con exactitud pero pudieron desembarcar unos 400 piratas. En este ataque hubo dos muertes. La más significativa fue la de la abuela de la Beata y otra de una mujer desconocida».