Con motivo de esta efeméride, municipios y comunidades de toda Europa dedicaron un recuerdo a los conciudadanos que estuvieron presos o murieron en estos campos.
En el caso de Sóller los estudios realizados por el historiador y archivero del Ajuntament, Antoni Quetglas, han permitido dejar constancia de siete sollerics que vivieron ese horror, dos de los cuales fallecieron sin volver a recuperar su libertad.
Sollerics
Según el informe elaborado por Quetglas estos sollerics fueron Llorenç Alou; los hermanos Miguel y José Azuaga; Pere Bennàssar; Joan Servera; Antoni Frontera y Pere Sastre.
Llorenç Alou, nacido en 1905, fue arrestado en la zona francesa anexionada y deportado al campo de Schirmeck el 17 de junio de 1941, aunque fue liberado el diciembre del mismo año.
Peor suerte corrieron los hermanos Miguel y José Azuaga Villalonga. El primero, nacido en 1911, fue deportado a Mauthausen el 7 de abril de 1941 muriendo en el mismo campo en 22 de octubre de 1942. Se sabe que su hermano José falleció en el mismo lugar en 1943.
Según el estudio de Quetglas, Pere Bennàssar (1895) fue arrestado en Compiègne el día 2 de julio de 1944, acusado de ayudar a la resistencia francesa.
Bennàssar fue deportado al campo de Dachau sufrió el cautiverio hasta el abril del año siguiente, cuando fue liberado.
Por otra parte, Joan Servera Pons (1910) también fue deportado a Mauthausen en junio de 1941 y liberado en mayo de 1945, cuatro años después, siendo por tanto el que permaneció más tiempo internado. Su supervivencia permite saber que este solleric fue una de las víctimas de las torturas médicas practicadas per Aribert Heim (apodado ‘Doctor Muerte').
Quetglas también ha documentado el cautiverio de Antoni Frontera (1902), deportado a Vorbrück-Schirmeck y el de Pere Sastre (1908) que figura como liberado en el campo de Siegburg el dos de febrero de 1944.
4 comentarios
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Y ver que los hay prestos y ansiosos a repetirlo...???
La historia nos enseña a aprender de ella, precisamente leyéndola y estudiándola tendremos una oportunidad de no repetir los mismos errores. Desgraciadamente en un país inmerso en la cultura del dinero y el yo más, y en una isla sumergida en la corrupción y ahogando a los nativos con los numerosos impuestos desorbitados, precisamente para mantener a la casta de corruptos y vividores del cuento, es muy probable que el pueblo a medio y largo plazo, estalle...
Hitler le preguntó a Franco que que tenía que hacer con los 100.000 presos españoles en sus campos de concentración. Franco respondió que se quedaran allí. También otorgó la máxima condecoración del régimen a Himmler y permitió establecer una oficina de la gestapo en Madrid.
Que sirva para que no se repita esta terrible historia. Pero me temo que seguimos fracasando cuando vemos lo que pasa con los islamistas radicales del ISI, o los niños soldados forzados en Africa o Latinoamérica. Las buenas intenciones no bastan, por eso es tan necesaria la buena formación, la policía y las fuerzas armandas, para defender la democracia.