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El número de tejos presentes en la Serra de Tramuntana ha disminuido de manera «preocupante», según un estudio de la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, que indica que un 68 % de la disminución se debe a la depredación por parte de cabaras salvajes.

El último Inventario de Tejos de la Serra de Tramuntana ha localizado 456 ejemplares, buena parte de ellos de pequeñas dimensiones, una cifra considerablemente inferior a los 579 catalogados en 2007, según el estudio la Conselleria, efectuado a lo largo del último año, ha informado el departamento autonómico en un comunicado.

De los diez núcleos conocidos de esta especie vegetal, las disminuciones más acentuadas se han producido en el Massanella (de 103 en 61) y en la Mola de Planícia (De 145 en 119). En cambio, en la Serra des Teixos y al Galileu, las cifras se han incrementado (de 167 a 194), pero estos resultados derivan de una exploración más pormenorizada de lugares poco accesibles que no habían sido revisados en 2007.

El factor más importante de esta disminución es la depredación por las cabras salvajes, ya que un 68% de los tejos inventariados están amputados por acción de los herbívoros, que con mucha frecuencia han destruido las yemas apicales, lo que impide a los ejemplares afectados crecer normalmente.

De hecho, solamente los tejos que crecen en acantilados, en puntos inaccesibles, no están afectados por los herbívoros. Más del 15 % de los tejos estudiados han perdido más del 50 % de su copa por efecto de las cabras, y casi un 5 % han muerto a causa de la depredación.

os autores del estudio describen una morfología peculiar de los tejos mallorquines, que no ha sido descrita en ninguna otra localidad: ejemplares reducidos en forma de un arbusto diminuto, pulviniformes, refugiados por completo dentro de zarzaparrillas espinosas.

Los brotes que sobresalen de la zarza son destruidos por las cabras, lo que impide su desarrollo.

Esta depredación sistemática resulta curiosa, ya que el tejo es una planta tóxica, pero se cree que es posible que su rareza impida a las cabras ingerir una cantidad suficiente como para sufrir un efecto desfavorable, o bien que las cabras tengan algún tipo de defensa contra sus toxinas.

El Plan de Manejo del Tejo llevado a cabo por Medio Ambiente ha dado unos resultados muy positivos, ya que los ejemplares que han sido protegidos con defensas físicas contra las cabras recuperan copa y características, y casi 500 ejemplares plantados por la Conselleria en lugares protegidos se desarrollan satisfactoriamente.

La especie, por lo tanto, no corre peligro, aunque el departamento autonómico lamenta que sus poblaciones naturales sufran los efectos de una especie introducida, invasora y no lo suficientemente gestionada, como es la cabra.