El Camí de Ternelles ha sido objeto de diversas marchas reivindicativas organizadas por Pro Camins Públics. | Teresa Ayuga

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El Tribunal Supremo comparte con el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) la idea de que se puede limitar el acceso público hasta Cala Castell por razones de interés general como la conservación medioambiental. Por ello ordena al Ajuntament de Pollença a adaptar su normativa urbanística al Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de la Serra de Tramuntana que prohibe las actividades recreativas (como el caso del excursionismo) en las llamadas zonas de exclusión. Se trata de las zonas más sensibles de la Serra de Tramuntana desde el punto de vista ambiental en las que el PORN ahora vigente solo permite el uso científico. Dos de estas zonas restringidas limitan el paso de excursionistas a través del Camí de Ternelles hacia el Castell del Rei y Cala Castell.

Basándose en estas limitaciones de paso, en 2015 el TSJB anuló el derecho público de paso que el Supremo había reconocido en el camino de Ternelles como garantía de acceso a la playa. Ahora, el Tribunal Supremo ha aceptado, por un defecto procesal, el recurso que el Ajuntament de Pollença presentó contra la sentencia del TSJB que anuló la servidumbre de paso del camino privado de Ternelles. Casa y anula la sentencia, pero comparte el grueso de su argumentación y ordena al Consistorio que proceda a adaptar su normativa.

El Ajuntament de Pollença tiene ahora dos meses para iniciar el procedimiento y ya ha anunciado que buscará una fórmula para adaptar su planeamiento al PORN sin suprimir el derecho público de paso de la vía. Para ello se escudará en la modificación de la Ley de Evaluación Ambiental que realizó el Parlament el pasado verano, que permite a la Administración Autonómica autorizar el paso de excursionistas por las zonas de exclusión.

Por su parte, la propiedad del camino entiende que el Supremo «estima el recurso de la propiedad de Ternelles y obliga al Ajuntament a adaptar su PGOU al PORN vigente, eliminando con ello la servidumbre de paso», según explicó este viernes el administrador de Ternelles, Toni Coll. Desde hace meses la familia asegura que no tiene previsto cerrar el camino, sino establecer un sistema de visitas conveniado con la Fundació Voltor Negre, que sea compatible con los valores ambientales de la zona.