Casal de entidades de la Fundació Mateu Torrens, en la calle de la Pau, de Alcúdia. | Elena Ballestero

TW
0

El casal de entidades de la calle de la Pau, gestionado por la Fundació Mateu Torrens desde los años setenta, cierra sus puertas tras la disolución de la entidad, que dona sus bienes al Ajuntament de Alcúdia.

El Ajuntament ha reunido a todas las entidades que desarrollan actividades en este espacio (el ateneo Moviment Alcudienc, los taxistas, el Club de Slot, Alcúdia Solidaria y el Club de futbito de Alcúdia, además de varios artistas) para informarles de que deben ir desalojando las dependencias. Basa su decisión en un informe técnico que advierte deficiencias en la infraestructura, entre otras en la instalación eléctrica, según explica el regidor de Cultura, Pere Malondra.

Epicentro cultural

Sí continuará abierto el Casal de Cultura de la calle Hostals, también propiedad de la fundación y que quedará en manos del Consistorio una vez este acepte las donaciones, previsiblemente en el próximo pleno.
La Fundació Torrens se constituyó formalmente en 1975 para tomar el relevo de Toni Torrens que había habilitado el casal en los años cuarenta en memoria de su padre Mateu Torrens, con la idea de convertirlo en el epicentro cultural y asociativo del pueblo.

Gonzalo González, último presidente de la fundación, explica que «allí se inició la primera escuela de música, la coral, la banda, la biblioteca, la escuela de adultos... incluso los partidos políticos que en el 77 no tenían local hacían sus ruedas de prensa».

González explicó que la fundación, sin ingresos propios (solo tenía un millón de euros a plazo fijo que dejó su fundador en los setenta), se sostenía desde hace años gracias a los convenios de financiación que mantenía con el Ajuntament que le ayudaba a ejecutar inversiones. «Los problemas empezaron la legislatura pasada y han continuado ahora cuando nos dijeron que con la ‘ley Montoro’ no se podía continuar esa fórmula», dijo González que explica que el patronato no ha querido cobrar por el uso de los espacios.

González siente que «los consistorios han dejado morir la fundación» y confía en que estén a la altura e inviertan en las infraestructuras para seguir dando servicio al pueblo.