Por primera vez en muchos años la fiesta no se celebrará con un toro de lidia. | Redacción Part Forana

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Han sido dos años de lucha con políticos y animalistas, pero al final Fornalutx mantiene su fiesta más querida, la baixada del bou, que aunque cambiará en muchos aspectos, mantiene el espíritu de la tradición secular.

Después de la aprobación el lunes de la nueva ley balear de protección animal –llamada de «toros a la balear»–, el alcalde Toni Aguiló ha respirado tranquilo, ya que, aunque con un gran esfuerzo de consenso, ha conseguido que la ley que tenía que prohibir definitivamente el último correbou de Balears haya servido al final para salvarlo e incluso para «blindarlo».

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Toni Aguiló cree que la fiesta que «hace poco menos de un año estaba en la cuerda floja ahora podrá continuar sin que haya, como había hasta ahora, problemas de interpretación jurídica o vacíos legales». Según Aguiló, «la negociación ha sido larga y dura, pero todos, incluso la mayoría de grupos animalistas con los que me he reunido han puesto de su parte, como así se reconoció públicamente el lunes en el Parlament».

Ahora, el Ajuntament ya ha comenzado los preparativos para el correbou de este año. «Será un buey mallorquín alquilado y dependiendo de como veamos al animal decidiremos si el recorrido se hace más largo o más corto para que en ningún momento haya estrés o cansancio excesivo». Al no ser un toro de lidia hay expectativa sobre como transcurrirá la fiesta. «Ya veremos», dice el alcalde. «Lo importante ahora es que la ley nos ampara y que habrá festejo».