El especialista Pepe López del Olmo en el campo de crecimiento de viña autóctona de Biniagual. | Elena Ballestero

TW
4

Los bodegueros negocian con el Govern balear una nueva línea de ayudas públicas para hacer frente al sobrecoste que tiene la siembra de viña de variedades autóctonas debido a las dificultades derivadas de exportar materia vegetal para evitar la propagación de la Xylella.

Por primera vez los injertos de vid de variedades autóctonas, que hasta ahora se hacían en Navarra, se realizan y desarrollan en un campo de crecimiento de viña en Biniagual (Binissalem), pero ello obliga a sufragar costes de desplazamiento de personal especializado y maquinaria desde Navarra que incrementarán entre 30 y 40 céntimos el precio de cada planta (se han sembrado 340.000 ejemplares). El coste definitivo se conocerá en diciembre, momento en el que está prevista la extracción, selección y recuento. Todo dependerá de la oferta y la demanda y del porcentaje de pérdidas sobre la superficie sembrada.

Atención: No se han detectado etiquetas IPTC.

Hasta ahora los injertos para la siembra de variedades autóctonas como el callet, manto negro, moll, giró gros y gorgollasa se realizaban en la Península. Los bodegueros enviaban los sarmientos de las variedades locales de Mallorca que utilizaban para injertar los patrones americanos. Una vez completado su ciclo de crecimiento en vivero las plantas volvían a la Isla listas para ser plantadas directamente en viña. Todo cambió a principios de 2017. Antes incluso de que la Xylella se detectara en viña, ésta frustró los planes de los bodegueros que, ante la prohibición de exportar materia vegetal, veían peligrar la siembra de nueva viña autóctona en la Isla. Los bodegueros locales con la mediación del especialista Pepe López del Olmo y la complicidad de Viveros Villanueva se pusieron de acuerdo para crear un campo colectivo de crecimiento de viña autóctona en Biniagual. Se sembraron 340.000 ejemplares para satisfacer una demanda inicial de 170.000 plantas previendo posibles pérdidas de un 50 %.

López del Olmo explica que, además de las pérdidas habituales, el mes de marzo una helada afectó a un 10 por ciento de los injertos plantados, por lo que no será hasta diciembre, a la hora de recogerlos, cuando se sepa si la oferta basta para cubrir una demanda a la que se sumaron nuevos bodegueros con el campo ya plantado.
Lo que ya se da por seguro es que la siembra se retrasará un mínimo de 30 días debido a que el otoño no es tan frío como el de Navarra y no se quiere forzar artificialmente a la planta para concluir su ciclo.