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Segismundo Morey, uno de los investigados por el caso Rocamar, miembro de la junta rectora que aprobó la compra del solar de este hotel en Sóller, ha declarado que no se detectaron irregularidades y que el precio de compra no les alertó de que podía haber un fraude.

Por su parte, el representante de CCOO en la Junta rectora de la compra del solar del Hotel Rocamar, Ginés Díez, ha considerado que se jugó con la buena fe de los sindicatos en la compra del solar de este establecimiento hotelero que se encontraba en ruinas.

Así lo han informado fuentes judiciales que han explicado también que en la reunión en la que se aprobó la compra nunca se habló de precios y que tanto la posición de Díez como la del representante de UGT, Antonio Copete, fue la de comprar al menor precio posible.

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La investigación, que está siendo llevada a cabo por el Juzgado de Instrucción número 1 de Palma, versa sobre las presuntas irregularidades en la compra del solar del Rocamar, que se encontraba en ruinas, y por el que se pagó un presunto sobrecoste de 600.000 euros públicos.

Según estas mismas fuentes, todo el proceso fue muy opaco y cuando se votó no había documentos. Por esto, consideran que a los sindicalistas se les ocultaron detalles de la operación.

En la declaración que tuvo lugar este lunes, Copete, que declaró como testigo, aseguró que detectaron que las cosas «no iban bien» cuando se hizo la compra y tuvieron que pedir las tres tasaciones por escrito, las cuales les fueron facilitadas posteriormente a la compra.