En la primera excavación en Porreres se hallaron los restos de distintas personas en el lateral de una de las capillas, bajo los cimientos de la construcción. Al no poder ser desenterrados por completo, se procedió a tapar la fosa hallada a la espera de la segunda fase. | Redacción Part Forana

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El Govern deberá proceder a la expropiación de los nichos y capillas del cementerio de Porreres para poder exhumar los restos de las probables fosas comunes existentes debajo de la edificación. Una de las 17 familias afectadas no ha dado su visto bueno para proceder a la demolición de la construcción, compuesta por 35 nichos en una parte y dos capillas en la otra.

En estos momentos el Govern estudia la aplicación de la ley de fosas, que señala en su artículo 9 que «la realización de las actividades de localización y eventual identificación o traslado de los restos de personas desaparecidas se declara de utilidad pública e interés social, a efectos de permitir, si procede, y de acuerdo con los artículos 108 a 119 de la Ley de expropiación forzosa, la ocupación temporal de los terrenos donde tengan que realizarse». Tras las negociaciones entre los propietarios, el Ajuntament de Porreres y el Govern no se ha alcanzado el beneplácito de todos los titulares. Por ello, para realizar la segunda fase de excavaciones se deberá optar por la expropiación. De las 17 familias propietarias, las que no han dado su consentimiento, concretamente son una familia y la mitad de otra, es decir, de una propiedad dividida entre dos hermanos uno da su visto bueno y el otro no.

Los trabajos de esta segunda fase deben sacar a la luz los restos de otras 50 personas más. Así lo señala el historiador local Tomeu Garí. Al finalizar la primera fase y ver la disposición de las distintas fosas en las que se encontraron un buen número de individuos en cada uno de los agujeros, se determinó que debajo de los nichos y las capillas debían existir otras fosas comunes. Además, el hallazgo de restos humanos en una de las esquinas de las capillas semienterradas debajo de la construcción certificaba esta teoría. Esto llevó al equipo de arqueólogos del Instituto Aranzadi a reclamar la demolición del edificio y realizar una segunda fase. Recordemos que en aquella primera etapa, en noviembre de 2016, se extrajeron los restos humanos de 49 cuerpos, de los que, hasta el momento, han sido identificados 14.