«Es un tema que molesta pero no afecta», afirma Juan Valenzuela, que ha recibido muchas llamadas apoyándole. | Lluc Garcia

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Juan Valenzuela lleva cuarenta años en el mundo de la hostelería y regenta Las Palmeras de Deià, el restaurante de cocina mallorquina que ha centrado una intensa discusión en las redes sociales por un supuesto encontronazo de su personal con la profesora de la UIB Caterina Valriu.

El restaurador califica de «un cisco sin necesidad» la reacción de la docente, y argumenta un motivo de peso por el que el camarero pidió a la clienta que le hablara en español: «es un chico ruso, ha estado quince años en el País Vasco y habla mejor vasco que castellano». De catalán ya ni hablar.

El propietario abre a Ultima Hora las puertas de su local y explica que a diario atienden con corrección a clientes de todas las nacionalidades. «Es un tema que molesta pero no afecta», afirma, y describe que desde que la noticia se publicó han sido muchas las llamadas recibidas de personas apoyándole.

El dueño de Las Palmeras de Deià afirma que Valriu es una «radical»

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Él, que las ha visto de todos los colores en su abultada carrera y que se confiesa un mallorquín como el que más, les ha recomendado que no entren al trapo ni hagan más grande una bola que no conduce a parte alguna. «No hay mayor desprecio que no hacer aprecio», sentencia.

La razón de toda la situación la atribuye a que la profesora es una «radical», gente de esa que está «a favor de la independencia», y que su testimonio está vestido con «medias verdades y muchas mentiras». Por ejemplo, cita que la encargada a la que Valriu menciona en su publicación la atendió de buena gana, y no le lanzó la carta como ella escribió porque ni siquiera se la había entregado.

En cierto modo el propietario del restaurante lamenta que un tema como este, que según su opinión carece de relevancia, se esté «hinchando en las redes sociales», donde abunda gente con malas intenciones.

Un ejemplo de ello es la valoración negativa de Las Palmeras que algunos usuarios están dejando en varias plataformas de Internet desde este pasado domingo, coincidiendo en el tiempo con la publicación en Facebook de la historia narrada por la profesora de la UIB.