Ni la arena ni el silicagel han conseguido solucionar el problema.

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El Ajuntament de Búger ha decidido cerrar provisionalmente el parque infantil del polideportivo ante la avalancha de quejas de los usuarios por los calambrazos que experimentan los niños al tocar los columpios. Las quejas comenzaron tras la instalación de césped artificial en el área.

El teniente de alcalde de Búger, Pere Torrens, que confirmó este miércoles el cierre inmediato de la instalación, explica que «el problema es que se produce una acumulación de electricidad estática y, aunque se lo hemos comunicado una y otra vez a la empresa que ha hecho la obra, no dan con una solución».

«Primero intentaron solucionarlo echando arena alrededor de los columpios y luego con sílice, pero no hay forma», añade. Torrens dice que no todos los usuarios sufren las mismas molestias. «Los hay que sí y los hay que no. Algunos usuarios nos comentan que al tocar los aparatos se enrampen». La sustitución del suelo de arena por césped artificial en el parque infantil responde a una mejora ofrecida por la empresa contratista que ha sido adjudicataria de las obras de reforma de las instalaciones deportivas. No se descarta retirarlo si persiste el problema.