Antoni Frontera, de Arrelam, cogió la vara de poder de manos del portavoz del PI-Independents, Joan Sastre. | Maria Nadal

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Antoni Frontera, de Arrelam, se convirtió este sábado en el nuevo alcalde de Selva en cumplimiento del pacto de gobierno que se firmó hace un año y medio entre el PI-Independents, Esquerres pel Poble y Arrelam y que desbancó al PP del poder.

Ya con la vara en las manos, Frontera hizo un llamamiento al resto de regidores que forman el Consistorio advirtiéndoles de que durante su mandato trabajará para poner fin a la crispación política que se vive en el Ajuntament. «En estos tres años como regidor he presenciado discusiones, faltas de respeto hacia los compañeros e, incluso, situaciones en las que la violencia pasaba de ser verbal a física», haciendo clara referencia a un enfrentamiento ocurrido entre el hasta ahora alcalde, Joan Sastre, y el portavoz del PP, Joan Rotger.
Durante el pleno celebrado en la mañana de este sábado, según Frontera, «es una buena ocasión para iniciar un nueva etapa» y aseguró, dirigiéndose al PP (único partido en la oposición) que «no formaréis parte del equipo de gobierno, pero si de mi depende, tampoco de la oposición». Sin duda, el momento más emotivo fue cuando el recién estrenado alcalde tuvo unas palabras de recuerdo para el activista cultural y uno de los fundadores de Arrelam, Arnau Amer, que falleció el verano pasado. Embargado por la emoción, Frontera, reconoció el gran trabajo del que también fue regidor en el Ajuntament y su pequeño homenaje fue recibido entre aplausos y con parte del público en pie.
Como no podía ser de otra manera, el número uno de Arrelam (agrupación que cuenta con dos regidores) hizo un pequeño balance de la gestión llevada a cabo durante el último año y medio y habló de la reforma de la plaza de Selva, la mejora de la entrada al municipio o la construcción de la reivindicada escuela de Caimari como proyectos de futuro y juró su cargo prometiendo hacer cumplir la Constitución «sin renunciar a los valores republicanos y al derecho de autoderminación de nuestro pueblo».
Antoni Frontera cogió la vara de poder de manos del portavoz del PI-Independents, Joan Sastre, quien también hizo balance de su gestión al frente del Ajuntament durante el último año y medio. Habló sobre educación y los trámites realizados para conseguir que la escuela de Caimari sea una realidad, del plan de movilidad «que ha ayudado a crear más plazas de aparcamiento en Selva», o de la ampliación de las dependencias municipales en el edificio de Ca ses Blaies. Sastre dijo que «durante nuestro mandato hemos dado un giro de 180 grados a la manera de gestionar en el municipio».
Para terminar, el portavoz del PP, Joan Rotger, cerró el pleno con su intervención y recordó que «gobernamos durante 15 meses en esta legislatura, hasta que llegó la moción de censura con unos presupuestos aprobados por unanimidad y un acuerdo de compra de una finca en Caimari para la nueva escuela que, finalmente, no prosperó». El líder de la oposición también lamentó que «algunas de nuestras propuestas aprobadas en los plenos no se han cumplido» aunque terminó deseando que el nuevo alcalde tenga «suerte y aciertos».
Al pleno, como no podía ser de otra manera, asistieron varios representantes políticos autonómicos como el presidente del PI, Jaume Font; la secretaria del Parlament y diputada de Més, Joana Aina Campomar; el coordinar de Més y alcalde de Alaró, Guillem Balboa; la alcalde sa Llubí, Magdalena Perelló; el alcalde de sa Pobla, Biel Ferragut, y varios regidores de Més como Alice Weber o Biel Frontera (hermano del nuevo alcalde), y el artista y también impulso de Arrelam, Joan Lacomba, entre otros.