El sistema de climatización (de frío y calor) de la escoleta lleva averiado casi siete meses.

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Después de que este invierno, los usuarios de la biblioteca municipal de Inca (que se encuentra en el Claustre de Sant Domingo) denunciaran que la caldera de climatización llevaba ocho meses averiada, ahora es el turno de los padres de la escoleta infantil municipal Toninaina de la ciudad que critican que el sistema de climatización del centro educativo lleva roto desde el pasado mes de febrero.

Los padres de los alumnos de 0 a 3 años critican el «gran retraso» que hay en la reparación del aparato de calefacción y aire acondicionado y tildan la situación de «insostenible». Según cuentan, «la calefacción ya se averió a principios del mes de febrero y desde el centro se nos recomendó llevar a los niños abrigados porque en las aulas hacía frío.

Después el clima se suavizó, pero el sistema de climatización seguía averiado. Ahora estamos en pleno julio y tanto los alumnos como el personal sufre las altas temperaturas».

Estos padres añaden que «las educadoras intentan paliar el calor con juegos de agua y tienen puertas y ventanas de las clases abiertas, lo que supone que deben tener un mayor control sobre nuestros hijos». Los afectados indican que «hemos tenido varias reuniones con la regidora de Educació del Ajuntament, Alice Weber, tanto como Apima como padres a nivel particular y la respuesta siempre es la misma, que la próxima semana estará todo arreglado. Pero esta respuesta ya hace demasiado que dura y el problema no se arregla. Estamos cansados de esperar».

Esta situación ha creado mucho malestar entre los padres de los alumnos del centro municipal y aseguran que «hasta que no veamos las máquinas instaladas y en funcionamiento no nos lo creeremos».

La directora de la escoleta municipal Toninaina, Susana Páramo, explicó ayer que «ha habido un cúmulo de circunstancias que han retrasado la instalación del sistema de climatización».

Páramo recordó la cronología de los hechos: «Cuando se rompió el sistema, pedimos un presupuesto a la empresa de mantenimiento para saber el coste de arreglar o cambiar la máquina. El precio era superior a los 15.000 euros, por lo que se tuvo que convocar un concurso público con sus preceptivos informes técnicos. Toda la burocracia necesaria y obligatoria alarga los plazos». Una vez adjudicado el concurso público, «la empresa ganadora tuvo que fabricar las máquinas que se tienen que instalar, cuyo plazo de fabricación es de entre un mes y medio y dos. Sabemos que salieron de fábrica el pasado viernes y, en teoría, en dos días tenían que estar aquí, pero se extraviaron. Ahora nos han confirmado que mañana –por hoy– llegarán y, previsiblemente, el lunes se pondrán montar. Esperemos que no haya más imprevistos y que así sea», acabó diciendo Páramo.