Ariany, la joia del Pla, fue buena muestra de ello. El sábado por la noche el pueblo se llenó de visitantes y turistas que recorrieron las calles para disfrutar de una amplia oferta artesanal y sobretodo gastronómica. Un gran restaurante al aire libre donde se pudieron degustar pinchos, tapas o las especialidades de frit mallorquí o porcella junto con otras elaboraciones culinarias que despertaron todos los sentidos.
El pueblo se había engalanado para la ocasión. Y es que la Fira Nocturna, en su 15 edición, disfruta de una buena salud. Se ha convertido en un evento imprescindible en el calendario veraniego. Es una ocasión excelente para mostrar las raíces de esta localidad así como la oferta empresarial que bulle en el municipio.
Otro de los atractivos de la Fira fue la X Mostra de Música i Ball de bot que contó con la participación de varias agrupaciones llegadas desde varios puntos de la Isla. Unas actuaciones que fueron fotografiadas sobretodo por parte de los turistas que quisieron llevarse un recuerdo del folklore local. Los bailes se prolongaron cerca de la medianoche.
Este año se contó con la participación de un grupo internacional en esta muestra de baile con el objetivo de conocer las tradiciones de otros pueblos y también como una manera de enriquecerse culturalmente.
En la Fira se podía ver el trabajo de algunos artesanos, como la obra de la palma o de la joyería. Las telas mallorquinas utilizadas para la confección de diferentes artículos también tuvieron gran éxito.
La cultura también ha estado presente este fin de semana en el pueblo. De esta manera el viernes se celebraron varios actos. El Casal Son Ciurana acogió un concierto de laúd y recitado de poemas. También se inauguró una exposición colectiva a cargo del pintor residente en Miami, Rubén Trespalacios, del escultor local Pep Canyelles y del artesano Pep Alzamora. La Associació de Bonsai-Llevant hizo una exposición.
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