La familia propone habilitar un museo de 'mestres d'aixa'. | Astilleros Cabanellas

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Astilleros Cabanellas tendrá que cesar su actividad a finales de 2018 después de que el Govern le haya comunicado el final de la concesión administrativa por la que ocupaba el dominio público desde 1959 pagando una cuota anual de 346,72 euros al año.

La propiedad (tercera generación a cargo del negocio) ha presentado un recurso contra la extinción de la concesión. Solicita una prórroga de 25 años y propone habilitar un museo de mestres d’aixa dado que el astillero es uno de los pocos de la Isla que a día de hoy siguen prestando el servicio de reparación de barcas tradicionales.

«La idea es crear un espacio de museo de mestres d’aixa con visitas concertadas, un espacio que tendría interés educativo y turístico», dice el abogado de la familia Cabanellas, Toni Comas. En caso de que la administración no acepte la propuesta y siga adelante con la extinción de la concesión, el abogado recuerda que tienen la posibilidad de pedir una indemnización.

El astillero cuenta actualmente con una docena de trabajadores e intenta sumar apoyos entre la población y los navegantes para continuar dando el servicio. No lo tendrá fácil y es que el Govern ha decidido acabar con todas las concesiones vitalicias del dominio público que en virtud de un cambio legislativo aprobado en 1988 permite darlas por finalizadas 30 años después. Comunica la reversión inmediata con el fin de que puedan salir a concurso público en libre concurrencia.

El de Cabanellas es el único caso que afecta a unos astilleros en Mallorca pero también hay restaurantes y viviendas en la misma situación.