La 'Baixada del Bou' de Fornalutx se ha celebrado por segundo año con las restricciones que impone la Ley de Protección Animal de ámbito autonómico. | Pere Bota

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Fornalutx ha vivido este viernes un año más su fiesta más sentida, la Baixada del Bou, con el mismo formato estrenado el pasado año y sin incidentes. El bou, una res cedida para el evento por la Asociación de Criadores de Raza Bovina Mallorquina, ha sido descargado de la caja de transporte a las 8 de la mañana justo en la entrada del tramo del camino que desde la carretera conduce al centro del pueblo.

Se trata de un antiguo y estrecho camino empedrado que recibe el nombre de Camí de Tramuntana, y que era antiguamente el que recorría el buey hasta el centro del municipio.

Numerosos jóvenes esperaban al toro en la misma carretera y el grupo de conductores, una docena de hombres vestidos con camiseta roja, han sido los encargados de conducirlo escalinatas abajo hasta las cercanías de la iglesia, donde se concentraba la mayor parte del público.

El buey estaba sujeto por un cabestrillo y una sola cuerda, tal y como estipula el reglamento del festejo, ahora ya totalmente regulado por la Ley Balear de Protección Animal.

El animal ha bajado por el camino por su propio pie sin ningun problema en un recorrido que apenas ha durado cuatro minutos. Mientras sonaba la música de los Xeremiers de Fornalutx, su llegada a la Plaza ha sido recibida con grandes aplausos y vivas "al Bou". En algunos momentos la res, que se ha mostrado muy vivaz y despierta, ha hecho ademán de querer volver atrás lo que ha provocado alguna carrera de los asistentes. En la plaza, como manda la tradición, una muchacha del pueblo, Marina Antonelli, lo ha coronado con laurel. Sobre las 8.30 la fiesta ya había finalizado.

Protesta testimonial

Durante la fiesta un grupo de activistas animalistas que están en contra de la celebración han protestado por un festejo que consideran lesivo para el toro. Un grupo de siete u ocho jóvenes ha desplegado pancartas, lo que ha provocado algunos gritos contra ellos.

Pero la Guardia Civil, que ha estado presente en todo el recorrido para controlar la seguridad de los participantes y velar por el cumplimiento de la Ley, los ha conducido de inmediato fuera de la zona de la fiesta.