Parte de la muralla de Alcúdia se vino abajo este lunes | Ajuntament d'Alcúdia

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El Ajuntament d’Alcúdia deberá revisar si existen más tramos de su muralla medieval que puedan representar un peligro y cerrar su acceso al menos en temporada de lluvias. Así lo recomiendan los técnicos del Consell de Mallorca tras la visita de urgencia realizada el martes a raíz de un derrumbe fortuito que acabó el lunes por la noche con diez metros lineales y cinco almenas de la muralla sur. Por suerte, pese a que parte de las almenas cayeron sobre el Camí de Ronda, no hubo que lamentar víctimas.

El Ajuntament d’Alcúdia terminó este jueves de redactar el proyecto de demolición parcial preventiva del tramo de murallas afectado por el desprendimiento y ya se lo ha remitido a Patrimoni con el objetivo de acelerar al máximo los trámites y proceder a su ejecución en los próximos días. El proyecto contempla la demolición de tres almenas más y buena parte del lienzo adyacente a la zona del desprendimiento inicial.

«Las partes adyacentes que no se desprendieron han quedado muy afectadas por el arrastre de la fábrica que cedió, motivo por el que se hace necesaria su demolición preventiva, con la finalidad de evitar nuevos desprendimientos no controlados. La demolición afectará también a a algunas almenas que, sin estar directamente en la zona afectada, sí que presentan síntomas de gran deterioro lo que hace peligrar su estabilidad», dice la propuesta.

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El proyecto prevé además la adopción de medidas de consolidación provisional previas a las futuras obras de restauración. El coste de este proyecto inicial de demolición ronda los 7.000 euros a los que habrá que sumar 150.000 más para completar la rehabilitación de todo el tramo comprendido entre la iglesia y Can Ramis (donde se produjo el derrumbe) que fue restaurado hace unos treinta años utilizando materiales no permeables.

Precisamente los técnicos de Patrimoni han concluido que la «causa más probable» del siniestro es la explosión de los materiales por la presión que ejercían pequeñas piezas de mares rejuntadas hace 30 años con mortero sin permeabilidad al agua y sin aliviadores de presión.

Cabe recordar que el Ajuntament acababa de redactar un proyecto de restauración del tramo, pendiente de remitir al Consell y que preveía una inversión de 58.000 euros. Tras el derrumbe, el coste del proyecto se disparará hasta los 150.000 euros.