Ejército y equipos de emergencia participaron en el simulacro de rescate tras el hundimiento de un avión militar. | Elena Ballestero

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Pollença amaneció ayer con el ruido de las sirenas de ambulancias y bomberos y buena parte de los accesos al Moll restringidos. Este hecho despertó en un primer momento todo tipo de comentarios alarmistas en las redes sociales, pero lo cierto es que lo vivido ayer en el Moll formaba parte del Ejercicio Internacional de Búsqueda y Salvamento Cernia 2018.

En el ejercicio participaban aeronaves de España, Francia, Italia y Argelia, coordinadas con Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Emergèncias, Cruz Roja e IBSalut. La operación sirve para mejorar la coordinación en el salvamento y rescate de personas mediante la simulación de un accidente aéreo.

Este mismo protocolo, que se probó ayer, es el que permite mejorar los tiempos de respuesta y la coordinación entre administraciones en casos reales como el vivido la pasada primavera con la desaparición y posterior hallazgo de la avioneta del Ibanat pilotada por Antonio Alfaro, cuyo cuerpo fue finalmente localizado y recuperado en aguas del norte de Pollença.

El ejercicio de este miércoles simulaba la desaparición de un avión militar en aguas de la bahía y la localización y rescate de sus quince ocupantes. La alarma se activó a las ocho de la mañana y rápidamente se desplazó hasta el aeródromo de Pollença un centenar de efectivos. El rescate se dio por concluido cerca del mediodía.

El ejercicio Cernia continuará este jueves con la fase de tierra que simulará una emergencia a bordo de un pequeño avión militar con personal paracaidista a bordo que vuela desde el aeropuerto de Son Bonet a una exhibición a una localidad cercana a la Serra. El supuesto choque con un ave desencadenará el accidente que provocará que todos los paracaidistas tengan que saltar.

Los efectivos deberán buscar a los paracaidistas y a la tripulación accidentada en la Serra de Tramuntana hasta completar su rescate.