Buena temporada de 'llampuga'

El secretario de la Federació Balear de Cofradies de Pescadors, Antoni Garau, califica de «excelente» la temporada, como una de las más buenas de los últimos años ya que cada día llegan a la lonja entre 1.500 y 3.000 kilos de llampuga «que absorbe el mercado mallorquín», añade.

Los profesionales de la pesca de arte menor iniciaron la temporada de llampuga el pasado 28 de agosto y continuarán faenando hasta el 30 de noviembre aproximadamente, aunque la campaña se cierra oficialmente el 31 de diciembre. «Para el sector de pesca de arte menor, las capturas de temporada son fundamentales desde el punto de vista económico, ya que hacen que la actividad sea rentable», explica el secretario de la cofradías. Cabe recordar que la campaña de llampuga se inicia una vez se ha terminado la temporada de la langosta y los profesionales pueden continuar faenando hasta empezar la pesca del jonquillo y la sepia, lo que implica que las embarcaciones no quedan amarradas en el puerto sin salir a la mar.

La comarca de Llevant, y en especial Cala Rajada, es donde se concentra más actividad de pesca de llampuga. En la actualidad nueve embarcaciones faenan esta especie, mientras que en Alcúdia hay seis y en Portocolom hay otras cuatro.

Garau explica que el éxito de esta campaña de debe principalmente a dos motivos. En primer lugar, porque no se han registrado grandes días de temporal en el mar, lo que ha permitido que las embarcaciones hayan podido salir a faenar casi todos los días. En segundo lugar, el secretario de las cofradías destaca que hay una importante demanda en el mercado, lo que significa que los ciudadanos consumen cada vez más llampuga. «Cada día se venden entre 1.500 y 3.000 kilos de llampuga en la Llonja, una cifra más que considerable», remarca.

Cabe recordar que a pesar de ser un pescado valorado dentro de la gastronomía popular de Mallorca, hace poco más de una década el interés del consumidor había ido a menos y su comercialización era más bien escasa. El interés de la alta cocina y la creación de la Fira de la Llampuga de Cala Rajada supuso un revulsivo para la comercialización de esta especie con una carne muy sabrosa y con un precio asequible para todos los bolsillos.