Por este motivo, representantes del Departamento de Cultura, Patrimonio y Deportes del Consell de Mallorca, del Ayuntamiento de Llucmajor y del SOIB han visitado este martes dicha infraestructura.
Según ha explicado el arquitecto responsable del proyecto, Carlos Moranta, se han llevado a cabo diversas actuaciones como la consolidación de paredes exteriores; la restauración de diferentes elementos del interior, así como la restauración del tramo de muro derrumbado del matacán y la restauración de la cubierta, entre otras.
Tal como han explicado, la restauración persigue la consolidación de estructuras para evitar que se sigan degradando; la reparación de cubierta para evitar filtraciones de agua; y actuaciones dirigidas a evitar la erosión ocasionada por la presencia de personas y animales.
La restauración se ha basado en el uso de materiales y la aplicación de técnicas lo más parecidas posible a las originales --utilizando piedras y tierra del entorno-- para ser lo más respetuoso posible.
Estas tareas han sido realizadas por miembros de la brigada de Patrimonio del Consell con el apoyo del programa SOIB Visibles 2018, que permite a entidades locales como ayuntamientos o consells contratar personas sin prestaciones o subsidio de desempleo para que ejecuten obras y servicios de interés general o social. El programa está financiado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.
Estos últimos seis meses en la restauración y final de obra de la Torre de Cala Pi han trabajado nueve personas procedentes de este programa, con perfiles profesionales diversos: desde arquitectos peones restauradores.
En la visita realizada este martes a la torre de Cala Pi han asistido el vicepresidente primero del Consell, Francesc Miralles; el alcalde de Llucmajor, Gori Estarellas; la directora insular de Patrimonio, Kika Coll; y el director del SOIB, Pere Torrens, entre otros.
Desde el Consell, han explicado que en todos los proyectos de restauración de torres previstos, el Consell de Mallorca redacta los proyectos técnicos de restauración y aporta tanto el personal técnico como la mano de obra para su ejecución a través de la brigada de Patrimonio. Por su parte, la propiedad se hace cargo de gastos como son materiales y transporte, así como de obtener licencias y permisos.
ESTADO DE DETERIORO NOTABLE
El programa de restauración de torres de defensa se dirige a edificaciones que presentan un estado de deterioro notable pero que no supone un peligro de colapso estructural.
También incluye aquellas que requieren una restauración urgente para que su estado de deterioro está cerca del colapso. En cambio, no se incluyen torres que presentan un estado ruinoso o que tienen un grado de deterioro que imposibilita un restauración fidedigna al estado original.
El proyecto de restauración de cada una de las torres va acompañado de un convenio entre el Consell de Mallorca y la propiedad de la edificación. Este documento incluye, entre otros, el régimen de visitas una vez restaurada la torre. Al tratarse de un Bien de Interés Cultural (BIC), la propiedad está obligada a permitir visitas públicas y gratuitas al menos cuatro días al mes. La propiedad también debe mantener en buen estado el elemento restaurado y no puede realizar intervenciones que la alteren.
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