El estudio de la UIB, firmado por Ivan Murray Mas y Margalida Mestre Morey, rompe el mito de que el tejido urbano crece a costa del suelo forestal y seminatural (se ha mantenido estable con un ligero incremento) evidenciando el drama que vive la payesía, desplazada por los nuevos usos del suelo, principalmente el turístico.
Especulación
«Si me dijeran que la cifra es aún mayor me lo creo, es un auténtico desastre, los cencerros molestan a los turistas y cada vez nos ponen más problemas... El suelo se pierde construyendo, pero también especulando», advierte Martí Solivellas, presidente de la cooperativa payesa de Pollença.
Solivellas confirma que los frutales, especialmente las higueras, son los que han perdido más terreno: «Pollença llegó a conocerse en los años 60 y 70 como el ‘poble de les figues' y hoy las higueras han desaparecido totalmente».
El negocio era próspero y los higos secos de Pollença gozaban de gran fama dentro y fuera de la Isla exportándose habitualmente a lugares como Valencia.
El higo servía además para alimentar a los cerdos en un municipio en el que la industria cárnica de transformación para la elaboración de embutidos estaba en auge. «En los años 70 en el pueblo había muchas industrias que exportaban sobrasada pero cerraron en los 90», explica el presidente de la cooperativa.
Precisamente la cooperativa de Pollença planeó hace unos años recuperar esta industria con un proyecto para la comercialización del higo, pero la dificultad de las importaciones de higos turcos y las estrictas exigencias sanitarias frenaron su viabilidad y el modelo duerme hoy en un cajón en espera de una oportunidad mejor.
Hoy apenas hay en Pollença unos 40 o 50 payeses que vivan a título principal de la ganadería o la agricultura. La mayoría de ellos se dedica a la producción del cordero bajo la marca de calidad Mé de Pollença.
Como la higuera, el olivo, corre riesgo de desaparición. «En el pueblo había también cinco almazaras pero ya no queda ninguna muchos olivares se han abandonado y el pino también los ha invadido», dice Solivellas.
El presidente de la cooperativa payesa hace un llamamiento público: «Si seguimos teniendo tanta presión turística perderemos el paisaje agrícola. Hay que ser conscientes de que vivimos en una isla con recursos limitados y sería bueno establecer unos números clausos»
10 comentarios
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Los payeses siempre han sido 100% realistas. Para vivir bien en el mundo actual no basta los ingresos de la agricultua clasica y no basta para reparar y modernizar las viejas casas..Nadie quiere vivir como vivian sus antepasados hace 100 años, todos los jovenes quieren tener coche y ver mundo. Lo que da es el turismo. Muchas familias de Pollensa viven del alquiler vacacional y asi conservan las fincas familiares.
I això que tenen batle d'esquerres super ecologista
Los extranjeros que construyen en rustico no son el problema ,lo hacen con licencia de obras ,el problema son los pollencins que han construido y construyen sin ningun permiso,se defienden diciendo "totom u fa sense permis.
Pollensa = Ilegalidad
Aquests de l'UIB sempre grenen cap a on els convé MES.
Lo que se tendria que acer es sacar una ley de que ningun estranjero pudiera conprar ninguna propiedad ni casa ni fincas t llaverias tu Las tortas.au at lo dejo
En Pollensa la inmensa mayoria de construcciones en suelo rustico son ilegales o tienen alguna ilegalidad,ningun gobierno ha puesto solucion ,porque casi todo el pueblo esta metido en el ajo.
Ido Lo Seu es llevar ses cases i sembrar Figueres,,.... o no?! Esteim Ben arreglats...
Que va!!!! Muchisimo mas!!!!
Y que?