El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, junto a la piscina. | Lola Olmo

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La piscina del hotel Mar y Paz, que durante décadas ha sido explotada con carácter privado en la primera línea de Can Picafort, pasará a la historia y su lugar será ocupado por una nueva zona pública que incluirá un anfiteatro junto al mar, con fuentes y una pantalla de agua sobre la que se podrán realizar proyecciones.

El Ajuntament de Santa Margalida ha presentado este ambicioso proyecto a la Demarcación de Costas recientemente, puesto que la piscina ocupa el dominio marítimo terrestre. Además hay un chiringuito cuya concesión administrativa ha finalizado recientemente.

Un proyecto ambicioso

El proyecto contempla la construcción de unas gradas en forma de media luna aprovechando el desnivel que existe entre la calle y el hueco de la piscina, que está a nivel del mar, tanto que es de agua salada que se suministra directamente de la playa.

La propuesta incluye un escenario central y la instalación de una serie de fuentes al fondo, alineadas con el horizonte, que ofrecerán juegos y espectáculos de agua. Además, se completa con una cortina de agua sobre la que se pueden realizar proyecciones audiovisuales. También prevé la construcción de un quiosco o bar con terraza, todo con vistas al mar.

El alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, es el promotor de este proyecto, con el que se muestra entusiasmado. «Queremos darle un uso público a este espacio que ahora tiene un uso privado y aprovecharlo para convertirlo en un balcón al mar que dará mucha categoría a Can Picafort», señala.

La inversión para este proyecto sería de medio millón de euros, que se sumarían a los 830.000 euros destinados a la reforma de la calle Isaac Peral para convertirla en un bulevar semipeatonal que culmina, precisamente, en esta futura plaza. De hecho, ambos proyectos están vinculados y suponen una notable transformación de la línea paralela al mar en la zona turística iniciada en esta legislatura. El objetivo es convertir Can Picafort en el punto de referencia turística del norte de Mallorca.

El «mirador de la bahía», como ha bautizado Monjo a este proyecto, quiere convertir el tramo situado entre las calles Ingeniero Gabriel Roca e Isaac Peral en un «balcón al mar», aprovechando las posibilidades paisajísticas del núcleo costero del municipio, en el que muchos margalidans tienen negocios turísticos o residencias.

La piscina del Mar y Paz es muy conocida entre los residentes no solo del municipio, sino de toda la Isla, pues tanto ésta como su chiringuito anexo se explotan de manera independiente del hotel y están abiertos al público en general. Ahora la última palabra la tiene Costas, que debe aprobar o no el proyecto.