La XXXIX Fira Agrícola i Ramadera es una feria pequeña pero muy consolidada que recibe cada año la visita tanto de locales como de personas de otros pueblos. Los comerciantes que participan también fueron fieles a la cita en esta ocasión, ya que casi todos los participantes lo han hecho durante varios años consecutivos.
Buen ambiente
El ambiente este año se calentó con actos muy variados los días anteriores, especialmente con la Mostra Gastronòmica del sábado por la noche, que estuvo amenizada con música en vivo.
Completaban la feria como tal la VI Exposició Internacional Acaib (Associació de Colombicultura i Avicultura de les Illes Balears), la Mostra d'Aviram Autòcton de les Illes Balears y, especialmente, el XVIII Concurs d'Aviram Autòcton, que daban a la fira todo su carácter cercano al mundo del campo.
En las calles del pueblo se pudo ver a artesanos del hierro o de la piedra, así como artesanía en tela que ofrecía desde la tan tradicional Jaia Corema hasta ropa de bebé o complementos de última moda.
Toda la familia pudo divertirse en el taller de creación de los curiosos cazadores de sueños y los mayores presentaron también sus creaciones artísticas en el Centre de Persones Majors. Por la tarde, la diversión continuó con una gran trobada de baile en línea en el Pati de les Escoles o la actuación de bandas en la Plaça Bernat de Santa Eugènia.
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