Una de las fiestas que se han organizado estos años en la finca de Porreres con la presencia de decenas de invitados.

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Hace cinco años que vivir en fora vila con la tranquilidad que ofrece el campo terminó para la familia de Joan Miquel Melià, en Porreres (Mallorca). La conversión de una finca que se destinó al alquiler turístico en la zona de Son Doctor ha cambiado la vida de los vecinos. Este viernes, tras varias denuncias, múltiples intervenciones de la Guardia Civil de Vilafranca y de la Policía Local de Porreres, incluso la mediación del juez de paz de la localidad, Melià ve con preocupación la llegada de otro verano y la presencia continua de un tipo de turismo nada habitual en fora vila.

Junto a la casa de Melià se ubica la vivienda llamada Finca Harley (ETV/5947), que cuenta con autorización para 12 personas y en distintas páginas web ofrece estancias para hasta 16 personas. Además de la vivienda principal se alquilan otras dos ‘casitas' anexas. Melià asegura que «nuestras quejas no van contra el alquiler vacacional, aquí vienen familias y no dan ningún problema. Pero esta finca está destinada a turistas que vienen y no salen de la finca. Y ello conlleva la música hasta altas horas de la noche, y desgraciadamente es una situación demasiado frecuente».

Además de las reiteradas denuncias, Melià ha intentado llegar a acuerdos con el vecino que alquila la Finca Harley, pero «incumple los pactos alcanzados incluso ante abogados y el juez de paz de Porreres». «Su vivienda se publicita para fiestas y eventos. Algunos años han llegado a participar cientos de personas en estas fiestas». Y es que la presencia de una barra de bar junto al patio y la instalación de potentes altavoces en la finca invita a los clientes a este tipo de turismo.

Melià ha presentado denuncias en la Conselleria de Turisme, tanto por las presuntas irregularidades administrativas de la finca como por las constantes molestias que les provocan los visitantes de la Finca Harley.