El derrumbe de las edificaciones y la llegada a la playa de estos nuevos establecimientos ha supuesto un gran cambio, sobre todo para los adjudicatarios de las concesiones. Este domingo todos los chiringuitos salvo el más cercano a Sa Ràpita estaban ya abiertos y casi a pleno funcionamiento, aunque sus trabajadores expresaban ciertas reservas a este nuevo modelo.
Para el dueño de uno de estos establecimientos el negocio se resiente sobre todo en el servicio al consumidor: «No podemos ofrecer ahora algo tan importante como es sombra y asiento», se quejaba el propietario de uno de ellos, que no quiso dar su nombre por temor a uno de los problemas que más preocupan a estos profesionales, la venta ambulante.
La playa de Es Trenc parece haberse convertido en un verdadero centro comercial alternativo e irregular. Se pueden ver vendedores de pareos, de bebidas y bocadillos, incluso se ofertan masajes, así como fruta fresca recién cortada, sobre todo por parte de un individuo que parece ser también origen de enfrentamientos y amenazas tanto con los comerciantes legales de la zona como con los propios bañistas.
La limpieza es un elemento que según parece estaría de momento bajo control. Dos informadores se encargan de recorrer la playa velando por el comportamiento cívico de los visitantes. De ellos también depende la vigilancia de las zonas de dunas, que son frecuentemente invadidas por el público y que a causa de las tormentas invernales tiene algunos tramos no suficientemente acotados.
En general este mes de mayo está siendo algo flojo. El parking presentaba este domingo una ocupación de unos tres cuartos del total. Sin embargo los responsables de los chiringuitos son optimistas frente a la temporada y esperan que las mejoras que a medio y largo plazo han de realizarse, como nuevos aparcamientos y accesos, mejoren la situación.
5 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Tú debes ser uno de esos funcionarios malsofrits que no se aguanta ni a él mismo, si la temporada va mal, en invierno lloraremos todos.
Nada me hace disfrutar más que una buena crisis turística.
Ojalá se hunda Mallorca en la miseria porque después de tantos años haciendo la vista gorda con la delincuencia, borrachuzos, prostitución, drogas, mafias, okupas, ladrones, fantas-lemon-bier, masajistas, vendegafas y vendeloquesea, TIENE LO QUE SE MERECE.
Si solo fueran los chiringuitos. La oferta complementaria vive uno de los peores años de su historia. Pocos, malos tirando a malísimos, no gastan ni siquiera salen de los hoteles con el todo incluido. Vamos a ver como acaba esto.
Utilizar la playa y los paseos marítimos para prestar servicios de comida, bebida y sala de fiestas a frenado la inversión y renovación de locales y terrazas de propiedad privada. Sin negocio no tienen ningún aliciente ni capacidad para mantener una oferta que antes desestacionalizaba con ocio y gastronomía.