El alcalde de Búger, Pep Lluís Pons (Més). | Elena Ballestero

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El alcalde de Búger, Pep Lluís Pons, se queda solo como único miembro del equipo de gobierno en el Ajuntament de Búger hasta finales de septiembre. Esta insólita situación se produce después de que este jueves no se pudiera celebrar el pleno extraordinario que había convocado con el fin de que tomaran posesión los dos nuevos concejales de Més, Úrsula Perelló y Oscar Castro.

El pleno no se pudo celebrar porque para ello es necesario aprobar por mayoría absoluta la urgencia de la convocatoria. Los dos votos en contra del PSOE y una abstención de la número dos del PP tumbaron esta posibilidad, por lo tanto el alcalde seguirá solo hasta el próximo pleno ordinario, previsto para finales de septiembre y que no precisa este trámite de votar la urgencia.

Pons apeló a la responsabilidad de los presentes, pero esto no cambió el criterio de la oposición. «Los dos regidores del PSOE presentes han votado en contra del derecho fundamental de participación política de dos personas elegidas democráticamente por el pueblo de Búger», señaló Pons, en referencia a sus futuros compañeros en un equipo de gobierno que, incluso después de esta incorporación, continuará estando en minoría.

El portavoz del PSOE y ex teniente de alcalde, Pere Torrens, justificó el voto en contra que impidió celebrar el pleno en una cuestión formal. «Un pleno extraordinario y urgente es para discutir asuntos de una transcendencia importante».

Sin actividad

Tras esta sesión fallida, durante casi dos meses más los dos concejales de Més no podrán gestionar sus áreas. Se da la circunstancia de que el alcalde fue nombrado también director general del Govern. Esta circunstancia, según Torrens, «tiene al Ajuntament en un absoluto abandono, pues solo pasa por allí 10 minutos, no está para firmar papeles e incluso se fue de viaje sin dejar a ningún teniente de alcalde al mando».