Ya el sábado se realizaron algunas actividades como prólogo a la fira. Una fiesta infantil por la mañana, una sesión de tardeo y finalmente un concierto de la orquesta barroca Ars Musicae, calentaron el ambiente para el día grande, el domingo.
Tradición familiar
Miles de personas se acercaron a pasar el día a la población. Un gran número de puestos con las mercancías típicas de las ferias (productos artesanales, calzado o alimentación) daban ambiente en la calle General Weyler. Pero todos los pasos se dirigieron a la Plaça de l'Església, donde la leche de almendra fue la gran protagonista.
Esta no es una fira al uso, a la que los elaboradores de algún producto típico se desplazan para vender. El objetivo de la jornada es el de dar a conocer simplemente esta leche, que suele tener su periodo de máximo consumo en las fechas navideñas.
Dos familias del Pla de na Tesa, los Cabot y los Pocoví, se encargan de mantener viva la tradición y son ellos mismos los que la elaboran con las máquinas especiales que poseen. No solo molieron en los días previos sus propias almendras, sino también las de los vecinos que se las llevaron. Los Pocoví fueron también los protagonistas de la demostraciones de elaboración que se llevaron a cabo en la misma plaza.
Unos 350 litros de este manjar se elaboraron para la fira, que mantiene viva un año más una costumbre muy dulce.
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