Fa fang Dong Hu lleva muchos años trabajando desde las filas socialistas. | Redacción Part Forana

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Es un joven dinámico, con inquietudes, gran amante de las tradiciones populares y un santantonier convencido. De padres chinos, Fa fang Dong Hu (Son Servera, 1994) nació y ha crecido en el pueblo. Es un vecino más y sus ganas de devolver a Son Servera lo mucho que le ha dado le llevaron a meterse en política. La renuncia de Maria Arenas le brinda la oportunidad de entrar en la primera línea. Su nombramiento ha generado expectación y él asume este reto con mucha ilusión. Será el nuevo regidor de Cultura, Joventut i Normalització Lingüística.

¿Cómo llegaron sus padres a Son Servera y por qué decidieron instalarse en Mallorca?
— Mis padres son de China, concretamente de un pueblo cercano a la ciudad de Wenzhou. Llegaron por la curiosidad de un país nuevo y para mejorar el estilo y la calidad de vida, entre otros aspectos.

Ha crecido aquí, conoce nuestras costumbres y tradiciones; ¿qué conserva del país de origen de su familia?
— Conservo las tradiciones familiares gracias a mis padres y a los familiares que tengo allí que nos contagian y nos animan a disfrutar junto a ellos. Tengo la inmensa suerte de poder disfrutar y sentir ambas culturas. Al final, cuando uno la aprende, ve y siente, descubre que no hay tanta diferencia entre una y otra.

¿Cuáles son sus aficiones?
— Entre mis aficiones, me gusta escuchar música, ir al cine o al teatro; pero sobre todo me gusta, y necesito, caminar, porque caminar me aporta ese punto de tranquilidad y ese plus para ayudar a centrarme.

¿Cuándo y por qué decidió entrar en política? ¿Qué es lo que más le atrajo del PSOE?
— Decidí dar un paso hacia adelante y entrar en política solo por una razón: trabajar por y para Son Servera. Y es que lo que me atrajo del PSOE fue su ideología, el fundamento que lleva como la solidaridad, la libertad, la igualdad o la justicia social. Creo que es el único partido que contribuye a alcanzar una sociedad y un mundo mejor.

¿De qué manera se ha implicado en los últimos años en los diferentes actos del partido?
— Desde que surgió la oportunidad en el pueblo, tuve la oportunidad de crear junto a otros las Juventudes Socialistas de Son Servera. Desde su creación formo parte de ella como secretario de Organización y Política Municipal. Más tarde, he formado parte de la ejecutiva de las Juventudes Socialistas de Mallorca y actualmente lo hago bajo la ejecutiva de las Juventudes Socialistas de las Islas Baleares.

Asumirá Cultura, ¿cuál cree que puede ser su aportación en este ámbito?
— He de decir que durante estos años hemos visto como la dinamización del pueblo de Son Servera ha crecido, se ha hecho un gran trabajo y es por ello que en este aspecto seguiremos en la misma línea. Me gustaría trabajar para hacer llegar la cultura a todos los sectores de edad del municipio, aportando cuanta mayor diversidad cultural posible. Cuanta mayor diversidad cultural hay, más enriquecimiento cultural tiene un pueblo.

En el área de Joventut, ¿cuáles son las carencias en Son Servera y que alternativas puede ofrecer?
— Entre las cuestiones que preocupan a los jóvenes encontramos la falta de cursos de formación, talleres, ocio. Durante estos últimos años hemos podido ver como el Ayuntamiento se ha puesto las pilas y ha aumentado las actividades, cursos pero aún queda trabajo por hacer y es aquí donde intentaré trabajar para aportar, por ejemplo, una oferta de ocio en Cala Millor similar a la de Son Servera.

También estará al frente de Normalització Lingüística, ¿cree que hacen falta acciones para fomentar el uso del catalán?
— Una de las cosas que tenemos que tener claro es que la lengua oficial de las Illes Balears, conjuntamente con el castellano, es el catalán y este no hay que perderlo. Aquellos talleres, actividades, conferencias que se puedan hacer y que puedan servir para fomentarlo bienvenidos serán. Y es que todas estas acciones que ayuden y den una oportunidad a las personas residentes y no residentes a conocerla y aprenderla creo que se tienen que hacer. Al final, es una cuestión de cultura, enriquecimiento personal y una gran herramienta de integración, y eso puedo constatarlo yo mismo.