Antoni Bisanyes

Antoni Bisanyes lleva más de 40 años al frente de su horno tradicional en el Port de Pollença. | Curro Viera

C. Viera/E. BallesteroPollença24/02/20 4:01
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La falta de relevo generacional está poniendo en peligro los típicos hornos mallorquines. Esta situación, que se da en toda Mallorca, tiene una especial incidencia en municipios como Pollença.

En los últimos meses varios de ellos han tenido que cerrar sus puertas o tienen su futuro en el aire por la avanzada edad de sus dueños, como los de Sucrart, Can Banya, Las Delicias o Can Xim, cuyo dueño falleció recientemente. Se da una falta de interés de los jóvenes por continuar con un negocio que exige «mucho trabajo y sacrificio». Así lo afirma Antoni Bisanyes, propietario del horno que lleva su nombre en el Port de Pollença. Este veterano panadero lleva desde 1979 al frente de su negocio. Ahora piensa continuar «mientras el cuerpo aguante».

Las nuevas exigencias administrativas han hecho de que establecimientos tengan que afrontar, por ejemplo, reformas para adaptarse a las normativas sanitarias que en algunos casos la duración de los contratos de arrendamiento de los locales no hacen viables. Este factor no ha hecho más que aumentar las dificultades que se unen a la falta de nuevos forners tradicionales. «Ninguno de mis tres hijos quiere continuar con el negocio familiar», sentencia Bisanyes, que ve como la competencia de otros establecimientos es demasiado dura: «Hasta las gasolineras venden pan».

Pero no solo corren peligro los negocios como tal. Muchos productos tradicionales podrían caer en el olvido si estos artesanos dejan de elaborarlos. Tal es el caso de las formatjades o los robiols.

Amador Granado, profesor de cocina de la EHIB se lamenta de que ninguno de sus alumnos se interese ya por la panadería tradicional: «En dos cursos apenas se dedican a estos productos dos meses de atención. Los alumnos quieren ser mayoritariamente chefs y en el caso de querer dedicarse a la repostería, les interesan más los postres de moda que los de toda la vida» opina. La misma sensación se transmite desde el IES Port d'Alcúdia, que imparte estudios de Cocina y Servicios.