El Ajuntament de Pollença ha pedido al Govern balear que incluya los diez hornos tradicionales que aún hay activos en Pollença y el Moll en el catálogo de establecimientos comerciales emblemáticos. Con ello, quiere que los panaderos y pasteleros puedan acceder a más ayudas económicas para mantener a flote un sector que sufre la dura competencia de las grandes superficies.
De los diez forns que quedan actualmente en Pollença y el Moll, al menos cuatro están al borde de la jubilación y no encuentran jóvenes a quienes traspasar el negocio. El director general de Comerç. Miquel José Piñol, se reunió ayer en Pollença con el regidor de Comerç, Miquel Llobeta; el gerente de la Associació de Forners i Pastissers de les Illes Balears, Pep Magraner; los técnicos municipales de Comerç y los profesionales del sector, para buscar soluciones a la casuística que vive el municipio.
El Ajuntament considera que todos los obradores reúnen requisitos suficientes para ser establecimientos singulares, no solo por su antigüedad (todos rondan o superan el medio siglo) sino porque elaboran la formatjada, un dulce que solo se hace en Pollença.
En la reunión se anunció que la formatjada pollencina viajará el próximo mes de mayo a la Fira del Vi de Falset (Tarragona) para participar de un maridaje.
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
¿Todos los diez "forns" tienen obrador propio, sin limitarse a la reventa? Pensaba que no había tantos.
El sistema japonés consiste en convertir al artesano en singular o bien cultural, no su negocio. Supongo que va acompañado de remuneración.