Durante los últimos días varios hoteles se han sumado a los que ya habían abierto, aunque son varios los que aún dudan si hacerlo y hasta 9 han decidido definitivamente no abrir.
La situación no es porcentualmente peor que en otros lugares de la Isla, con ocupaciones entre un 30 y un 45 %, pero si se considera que en Pollença existen más plazas de viviendas vacacionales que de hoteles, se pone de manifiesto una realidad preocupante. Jaume Salas, presidente de la asociación hotelera de la zona expresa su preocupación y considera que la asunción de medidas más estrictas como la realizacióin de pruebas PCR es imprescindible para transmitir seguridad. Las peculiaridades de estos alojamientos, que en su mayoría son pequeños, ha ayudado, ya que pueden alcanzar un aforo moderado con solo algunas habitaciones ocupadas. «No somos optimistas sobre la temporada, somos conscientes de que va a ser mala, pero hemos abierto por responsabilidad social» afirmó Salas desde su negocio en la calle de Sant Jordi, añadiendo que «el cliente local ha respondido bien, pero no son suficientes para salvar la situación». Salas cuenta como en las últimas semanas las anulaciones han sido constantes, aunque desde hace días comienza a haber algunas nuevas reservas para agosto, un mes en el que los hoteleros centran sus posibilidades de recuperación. La última semana ha sido especialmente complicada, con un aluvión de anulaciones que superan a las reservas.
En cuanto al otro sector con peso en el municipio, las viviendas vacacionales, Miquel Cifre, representante del sector, piensa que el optimismo inicial tras el confinamiento se ha ido enfriando. El sector cuenta en estos momentos con entre un 30 y un 40 % de ocupación, estando operativa un 60 % de la planta. Estos propietarios también han registrado muchas anulaciones, aunque esperan que los clientes procedentes de la peninsula, que ahora están respondiendo por encima de otros años, sirvan de ayuda.
4 comentarios
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A ver si aprendes. Cuanto más hundido estéis mejor. Todos para la capital
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Habrá muchos lloros de aquí a octubre, y no será por el supuesto virus
En un otrora limpio Puerto de Pollensa yo iba a pasear al lado del mar. Olía a mar. Ahora huele a fritanga de tantos y tantos comedores a la derecha y a la izquierda huele a aguas residuales, según se mira desde el mar. No sé si se dan cuenta pero acaban con los mejores paisajes de la isla. Poderoso caballero es don dinero. Anula conciencias y compra voluntades. Corrompe nuestro bienestar, nuestra forma de vida y favorece la situación de violencia en que vivimos.