Los ciudadanos, tanto de Manacor como de otros pueblos, volvieron a llenar este martes las terrazas y las calles de la ciudad. | Maria Nadal

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Las luces de la policía ya no daban este martes la bienvenida a los ciudadanos que entraban en Manacor. El cierre perimetral de la ciudad (y el resto de medidas excepcionales) quedaron sin efecto y los vecinos pudieron recuperar la libertad de poder pasar los límites del casco urbano sin ningún remordimiento o temiendo que los agentes (en caso de que les parasen) les hicieran dar media vuelta por no tener ningún motivo justificado. Este martes la normalidad (la nueva, claro) volvió a las calles de Manacor y el interior de los bares se llenaron de gente. Las terrazas también seguían llenas.

Joana Maria Ferrer, Maria Nicolau y Joana Amer fueron tres de las vecinas de Manacor que ayer pudieron recuperar su tradición de desayunar en el bar Karma. Explicaron que salen cada día a desayunar y después se van a sus casas porque es hora de portarse bien «y nosotras nos hemos portado muy bien durante el confinamiento», según Maria Nicolau, que añadió que echaban de menos poder pasar un rato con las amigas en el bar.

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Pero no eran las únicas. Muchos establecimientos del centro casi colgaron el cartel de completo y algunos han decidido celebrar el levantamiento del cierre perimetral por todo lo alto y han anunciado que invitarán a un gin tonic a todos los que vayan a comer durante esta semana. La casa por la ventana.

Ferrer, Maria Nicolau y Joana Amer desayunaron ayer en el bar Karma, como hacían antes del cierre.

Pero las consecuencias del confinamiento de Manacor no se olvidarán de un día para otro. Los comerciantes han visto como, algunos días, su caja se reducía a cero y empresarios y Ajuntament de Manacor irán juntos para reclamar ayudas al Govern, unas ayudas que ayer también salieron a la palestra en el pleno del Parlament de la mano de la bancada ‘popular'. El diputado Sebastià Sagreras criticó que las medidas sanitarias habían ahogado a los ciudadanos y al tejido económico y el vicepresident, Juan Pedro Yllanes, dijo que ya hay líneas de ayuda. Cada uno hizo su papel.

Y mientras en Palma se discuten y juegan al «y tú mas», en Manacor los empresarios han empezado una campaña para atraer a los clientes hasta sus locales y encarar una recta final hacia la Navidad. El Ajuntament también ha recuperado su intensa actividad cultural en el teatro y el Auditori y los vecinos, por su parte, miran más hacia el fin de semana y algunos preparan excursiones por la montaña. Necesitan aire nuevo después de estar tres semanas sin salir del perímetro. Eso, los que se han portado bien.