Se trata de uno de los 23 proyectos relacionados con el hidrógeno verde que la compañía ha diseñado tanto en la Península como en las zonas extrapeninsulares.
El volumen de inversión de todas ellas es de aproximadamente 2.900 millones de euros, incluyendo la inversión destinada a las plantas renovables que alimentarán el funcionamiento de los electrolizadores.
En su conjunto, los 23 proyectos planteados por Endesa en toda España están diversificados en emplazamientos y usos finales del hidrógeno: se desarrollarían en zonas de descarbonización y transición justa, sistemas de generación de energía insulares, aplicaciones en la industria química, sustitución de consumos térmicos, y como combustible para transporte pesado. La producción total de todos ellos, una vez puestos en marcha, sumaría 26.000 toneladas anuales de hidrógeno.
En el caso de los proyectos extrapeninsulares, se plantean opciones que van desde la producción de energía con hidrógeno verde en nuevas plantas de generación (Barranco de Tirajana, Granadilla y Alcúdia, que sumarán electrolizadores por un total de 25MW) , el paso de plantas operativas a bicombustible y la sustitución de potencia de otras plantas operativas por hidrógeno/gas. Las iniciativas presentadas en Canarias, Baleares y Melilla suman 900 millones de inversión.
En cuanto a los proyectos peninsulares, el más avanzado, hasta hoy, es el desarrollado en As Pontes (A Coruña), que contará con un electrolizador de 100 MW y seis parques eólicos asociados, con una potencia conjunta de 611 MW. La construcción conllevará la creación de unos 1.600 empleos durante los 18 meses de construcción.
Según la empresa, el objetivo de este primer proyecto es «mostrar que una instalación de este tamaño puede construirse, operarse y mantenerse tanto desde el punto de vista económico como técnico y medioambiental». En total, los proyectos que se desarrollarán en la España peninsular aglutinan 2.000 millones de inversión y electrolizadores con una potencia agregada de 315 MW.
Desde Endesa han señalado que el hidrógeno renovable «está llamado a ser un vector energético clave para el éxito de la descarbonización del sector energético». «Jugará un papel fundamental en aquellas áreas en las que la electrificación no sea la solución más eficiente o ésta no sea técnicamente posible en el medio plazo. Asimismo, el hidrógeno renovable producido mediante electrólisis contribuirá a la correcta regulación de un sistema eléctrico 100% renovable, aportando una mayor flexibilidad y mejorando la seguridad de suministro», han apuntado.
Según la empresa, en la actualidad sólo se producen y consumen en España en torno a 500.000 toneladas de hidrógeno como materia prima, en su práctica totalidad a partir de combustibles fósiles, al no ser hasta ahora una opción competitiva.
El director general de Generación de Endesa, Rafael González, ha señalado que con estos proyectos quieren «poner de manifiesto su clara apuesta por el hidrógeno verde como clave en el proceso de transición energética y la descarbonización de la economía».
«Se trata de objetivos en los que trabajamos desde hace años y que han marcado nuestra estrategia de progresiva sustitución de generación térmica para generación renovable. Los 23 proyectos de hidrógeno verde que ahora presentamos, están asociados a una capacidad de potencia de casi 2.000 MW renovables», ha destacado.
Esta potencia representa más de la mitad de los 3.900MW que la compañía ha anunciado que pondrá en marcha en España entre 2021 y 2023, según la actualización de su plan estratégico anunciada a finales de noviembre pasado.
Todos los proyectos de producción de hidrógeno contemplan la inversión en parques de generación renovable dedicados a la alimentación de los electrolizadores; aunque no en exclusiva, ya que también tienen la opción de verter los excedentes de electricidad generada en la red.
4 comentarios
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En su situación actual, la planta es un armatoste vacío y peligroso.
Los ecologistas se van a oponer. Cada vez que se proyecta un parque fotovoltaico se oponen, ni les hables de molinos de viento. Esto no les va a gustar. Y podríamos ser casi autosuficientes, entre energía solar y eólica. Y si usamos la fuerza de las olas del mar, exportariamos energía. Ahí tienes el cambio de modelo, pero ellos están para protestar, y cobrar por ello.
Habría que reducir los volúmenes de la antigua planta, en estado de abandono. Bastaría conservar una parte, para satisfacer a los partidarios de la "memoria industrial". No hay qu exgerar el mérito cultural de dicha planta.
Parece una magnífica idea