Así lo confirmó ayer el obispo, Sebastià Taltavull, en la parroquia de Santa Maria de Sineu, donde su llegada fue anunciada con un alegre repicar de campanas que se podía escuchar desde todo el pueblo. Allí le esperaban los feligreses de más edad; el alcalde, Tomeu Mulet, con varios concejales y el rector, Guillem Feliu. También acudió a la convocatoria el cónsul de Colombia en Balears, Rafael Guillermo Arismendy, que mostró su satisfacción por el acuerdo alcanzado entre la Diócesis de Mallorca y la congregación Hijas de la Sagrada Familia, fundada hace tan solo diez años en la ciudad de Barranquilla.
«En marzo de 2017, poco después de que se cerrara el Palau por la avanzada edad de la última monja de la Concepció que quedaba, me comprometí a buscar alternativas para reabrirlo a la vida consagrada y lo he cumplido», explicó Taltavull. Desde Colombia partirán seis religiosas, tres de ellas son monjas de clausura estricta y se dedicarán exclusivamente a la vida contemplativa en su nuevo hogar del Palau de Sineu. «Las otras tres religiosas son de vida activa y residirán en una parroquia que aún no hemos escogido porque estamos visitando varias opciones, para colaborar en distintas labores de pastoral».
El obispo pidió que Sineu dé a las nuevas religiosas la misma buena acogida que gozaron sus predecesoras, la comunidad de Hermanas de la Concepción. También explicó que los contactos con esta congregación se iniciaron en mayo de 2019, cuando una delegación de la misma procedente de Valencia visitó el Palau y pasó unos días en Mallorca. «Luego vino la COVID-19 y todo quedó parado hasta ahora, pero el compromiso es firme».
El Bisbat abre la puerta a que se pueda visitar el Palau
Tanto monseñor Taltavull como el alcalde de Sineu, Tomeu Mulet, escenificaron este jueves una buena sintonía ante la aspiración del equipo de gobierno de que el Palau se pueda visitar puntualmente. «Es un edificio emblemático y muy querido en el pueblo; nos gustaría que los vecinos lo pudieran visitar y no ver solo sus muros exteriores», apuntó Mulet. Por su parte, el obispo señaló que ambas instituciones trabajarán en este sentido para alcanzar un acuerdo que permita visitar una parte del edificio, declarado Bien de Interés Cultural, «sin que interfiera en la vida de la comunidad religiosa, puesto que se trata de monjas de clausura». En el aspecto religioso, el obispo adelantó que esta congregación venera una figura de Jesús las 24 horas y que estará expuesta en su iglesia. Las Hijas de la Sagrada Familia sucederán a las Hermanas de la Concepción, que habitaron el monasterio durante 433 años, hasta su extinción en 2016 por la avanzada edad de la última monja y la falta de relevo generacional.
4 comentarios
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Está claro que cuando más avanzado es un país hay menos creyentes. Excepto Yankilandia.
juan canopues anda que no fueron miles de monjas españolas (y gente de otra ralea) a colombia en el pasado...
Pues muy bien, por lo menos cuidarán del convento.
Ya solo falta que se venga el presidente tambien.